Los trabajadores del hospital Cabueñes han desplegado una gran pancarta en la fachada del edificio para pedir la dimisión del gerente del centro, Manuel Bayona.

Tras varias semanas de quejas, el personal del área, que se manifestó primero a través de una crítica carta publicada por este diario, comparecieron dando la cara, en grupo, para leer un comunicado conjunto en el que tildan su situación de "intolerable". "Ante la falta de reacción de los responsables hospitalarios y la imposibilidad de cumplir debidamente con nuestro trabajo, hemos decidido transmitir nuestra situación a la opinión pública. Queremos medios para hacer nuestro trabajo. Es un momento crítico".

La de la sanidad gijonesa ha sido una saturación en cadena. En atención primaria llevan alertando ya desde el verano de su saturación. Los centros de salud, primera línea de fuego contra el aluvión de pacientes, siguen con más de medio centenar de enfermos por médico y día en consulta, ya sea en formato presencial o telemático. Esto hace que enviar a personal de estos centros hasta Cabueñes sea ahora imposible. "No puede ser. Primaria no se toca", zanjó el propio Bayona

En el hospital, por su lado, los primeros en intuir los aires de crisis fueron los empleados de Urgencias. Declararon primero, justo después del verano, que empezaban a ver a pacientes que referían no lograr una cita con su médico de cabecera, y venían de una época estival de escasa afluencia de pacientes pero gran carga de trabajo por la ausencia de refuerzos ante vacaciones y bajas.