En pleno ecuador otoñal y con algunos pensando ya en la Navidad y el invierno, muchos viandantes se han encontrado hoy con una curiosa estampa en Gijón, más propia de los meses de verano.

Algunos vecinos de la ciudad han decidido aprovechar el soleado domingo que vive la ciudad para bajar a la playa acompañados de una silla o toalla, quedarse en bañador y disfrutar de los rayos del astro rey. Una imagen poco habitual para el mes de noviembre. Además, según la Agencia Estatal de Meteorología, la máxima en Gijón apenas llegará a los 17 grados.

“Esto está como Málaga en verano”, comentaban algunos paseantes que recorría el Muro disfrutando de la jornada.

No obstante, el buen tiempo tiene las horas contadas en la región. Se espera que a mitad de semana las temperaturas bajen hasta máximas más propias de esta época, con máximas de 12 u 11 grados y mínimas de 8 y que la lluvia vuelva a hacer acto de presencia a partir del miércoles.

Las áreas recreativas, a rebosar otro fin de semana de cierre perimetral

Desde que el Principado decretó el cierre perimetral del concejo y la clausura de la hostelería y del pequeño comercio por la incidencia de la segunda ola del coronavirus, las zonas de ocio de la zona rural tienen un ajetreo atípico para esta época del año. Deva fue ayer una de las parroquias que más visitantes registró, pese al frío.

Otros lugares donde suele haber un importante tránsito son en el pico de El Sol, en el límite con Siero, y el pico Fario. No solo paseantes, sino que también muchos ciclistas decidieron acudir a esas zonas altas para deleitarse con las vistas. El reverso de este tipo de actividades es la basura que queda después. Las quejas en las parroquias rurales son abundantes y ello ha obligado a Emulsa a intensificar los turnos de limpieza el fin de semana para recoger la basura en zonas verdes.