El campo de refugiados de Dzaleka, en Malawi, es el proyecto de Entreculturas (la ONG de los jesuitas) sobre el que se está volcando la comunidad educativa del colegio de la Inmaculada, inmersos estos días en su tradicional Semana Ignaciana: solidaridad y justicia. “Es un conjunto de actos para promover experiencias que ayuden a conocer a la Compañía de Jesús y animen a una reflexión sobre los valores de la justicia y la solidaridad”, describe el director del colegio, Alfredo Flórez Cienfuegos-Jovellanos. A eso se añade todos los años “un proyecto solidario que tengan relación con la educación y la infancia”, añade Ignacio Menéndez, jefe de estudios.

Las actividades para esta cita se han tenido que reajustar a las limitaciones de la pandemia sanitaria. Es por ello que, en lugar de grandes actos, se encuentran trabajando con sus tutores en el aula para descubrir la figura de San Ignacio, a través de testimonios vinculados a la Compañía de Jesús, así como el proyecto solidario de Malawi, un campo de refugiados en el que viven 3.270 niños y 700 jóvenes adultos desplazados de las zonas de Grandes Lagos de África y países del este del continente.

La prioridad para los jesuitas es la de apostar por proyectos donde la infancia está presente. De hecho, como símbolo, tienen en cada clase una silla roja, que simboliza los millones de niños y niñas del mundo que no tienen acceso a la educación. Ahora, con la ampliación de aulas para garantizas las distancias, no hay suficientes para llevar cada clase y es por ello que están pintando más sillas. Esta iniciativa de Entreculturas, ahora, se encuentra adaptada a la pandemia, dibujando sillas sin una pata y con un rojo descolorido para evidenciar que la pandemia se suma a los problemas de los vulnerables.

Carrera solidaria

La tradicional carrera solidaria para lograr fondos para este proyecto se realizará más adelante y de forma virtual. El “Corre por una causa” se celebrará los días 20 y 21 de febrero, pero quien lo desee puede adquirir su dorsal en la web de Entreculturas para contribuir con el proyecto de Dzaleka. Como siempre recibirán una camiseta y se activará un “hastag” para ampliar su difusión. Una carrera con la vista puesta en Malawi y sus refugiados.