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La junta local del PP estalla contra Marín, que impide votar su reprobación

Varios dirigentes pedirán un expediente disciplinario contra el presidente, que recibe una catarata de críticas y ningún apoyo durante la reunión

Miembros de la Junta Local del PP de Gijón, algunos con carteles, durante la sesión de ayer

La soledad de Mariano Marín en el PP de Gijón se acrecienta. Una mayoría holgada de la junta local pedirá al comité ejecutivo regional del partido que abra un expediente disciplinario al presidente por dejación de sus funciones desde hace más de un año y también solicitará amparo ante el comité de derechos y garantías por su negativa a permitir que se votara ayer la propuesta para reprobarle, tal y como habían solicitado 44 de los 68 miembros del órgano colegiado. El rechazo de Marín a incluir ese punto en el orden del día del encuentro hizo que muchos de los asistentes estallaran. Además, no hubo ni una sola intervención para defender al todavía líder, ni siquiera entre los cuatro miembros supuestamente afines a él que asistieron a la reunión telemática.

La junta local se reunía ayer después de que Mariano Marín haya rechazado el ultimátum que le dio la presidenta regional, Teresa Mallada, para que dimitiera del cargo por su inacción. Hoy se reunirán el comité ejecutivo y la junta directiva del PP de Asturias. La iniciativa para proponer la apertura de un expediente disciplinario a Marín tras su negativa a permitir una votación que iba a constatar su pérdida de apoyos en el órgano local, la lanzó el histórico militante y exconcejal Pedro Muñiz, que además es integrante del comité ejecutivo regional. Muñiz recordó a Marín las descalificaciones públicas que hizo al actual portavoz municipal, Alberto López-Asenjo, a las puertas de las anteriores elecciones municipales y acusó al presidente de una “dejación de funciones” premeditada desde hace un año, dejando la sede inactiva. Y sostuvo que se trata de una falta grave.

Micrófonos cerrados y carteles de protesta. Durante la junta local del PP celebrada ayer, algunos asistentes mostraron carteles de protesta por el rechazo de Mariano Marín a que se votara su reprobación y por la desactivación de los micrófonos.

La negativa a votar la reprobación promovida por una amplia mayoría de la junta local no fue la única decisión del presidente para evitar perder una votación que constatara su absoluta falta de respaldo. También retiró del orden del día la elección de los integrantes de las comisiones de estudio (grupos de trabajo) después de que la vicesecretaria de Programas, Trinidad Rodríguez, advirtiera de que no se había sentado ni con ella ni con el secretario general, Pablo González, para analizar la propuesta que ella había formulado –al ser la responsable de la constitución de esos grupos de trabajo– y que además Marín cambió esa propuesta para incluir en la comisión a personas afines. El último precedente de una pérdida de confianza en un presidente por su propia junta local se remonta a 2003, cuando Isidro Martínez Oblanca dimitió del cargo tras perder una votación, como recordó Muñiz.

Una veintena de integrantes de la junta local lograron intervenir para señalarle a Marín la puerta de salida, quedando más palabras sin atender, por problemas técnicos según Marín y por censura según los críticos con su labor. Incluso se denunció la expulsión de la sesión telemática de algunos integrantes del órgano.

Entre las intervenciones más duras estuvo la del exsenador y expresidente de la Junta, Fernando Goñi, quien señaló que ahora mismo el PP de Gijón es “un partido inexistente” y le preguntó a Mariano Marín si consideraba que el futuro de la formación pasa por “un presidente solo”, que no puede ganar una votación sin que nadie salga en su defensa. Entre las numerosas voces críticas, también estuvieron las del secretario general, Pablo González; la del también diputado autonómico Javier Brea, la del veterano Francisco Alonso, la de Manuel del Castillo, la de David Cuesta, la de Fernando Martínez o la de Guzmán Pendás, quien recordó el ataque público de Marín al candidato del PP en las ultimas elecciones municipales.

Mariano Marín, durante un discurso. Juan Plaza

"Usted fue un candidato a dedo"

Varios de los intervinientes expresaron su disposición a trabajar por el partido, cuya inactividad Marín atribuye a la falta de recursos económicos. En ese sentido, el portavoz municipal, Alberto López-Asenjo, le recordó que está aprobado un convenio para la trasferencia de recursos del grupo municipal y que el PP es el único partido que recibe ese tipo de fondos.

La propuesta de reprobación que Mariano Marín impidió votar ayer se centraba en unas declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA en las que pedía que su sustituto fuera nombrado por un congreso, como él, negándose a “dimisiones forzadas” y a nombramientos “a dedo”. En ese sentido, varios miembros de la junta local apuntaron, como Goñi y Francisco Alonso, que él accedió al cargo cuando apenas era conocido en el partido y que si le votaron en un congreso es porque así lo sugirió la dirección popular. “Usted fue un candidato a dedo”, le espetó Alonso.

Marín sólo habló en una intervención inicial en la que dijo: “Las pretensiones de alteración forzada, creedme si os digo que se vuelven en contra de sus actores, en contra de quien las practica”. No respondió a ninguna crítica, limitándose a dar la palabra al siguiente que la solicitaba. Cuando Del Castillo le pidió su dimisión le sugirió que dejara de lado “esa obstinación de seguir en el puesto amparado a las faldas de quien todos conocemos”. Marín sólo tuvo un momento de respiro, cuando su mentora, la expresidenta regional y senadora, Mercedes Fernández, pidió la palabra para explicar durante ocho minutos sus gestiones en la Cámara Alta, sin pronunciar ni una palabra sobre lo que estaba ocurriendo a su alrededor.

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