La cosmética y su prescripción, a debate

María Estela de Abajo

Cremas ¿sí o no?, pero, ¿cuáles?, y ¿a quién preguntar? Sin duda, la estética, la belleza y la cosmética son temas que interesan y están en auge. Doy fe de ello, es mi mundo y, como tal, me apasiona, pero también me preocupa hacia donde va. Me gustaría que continuara este progreso, pero solo si es de forma sensata y honesta. Este texto puede resultar polémico, pero mi único objetivo es hacernos pensar. Parémonos unos minutos a reflexionar.

Cosméticos en todo tipo de establecimientos

Hace unos años, no tantos, la idea de que las cremas no servían para nada estaba muy extendida. Seguro que muchas personas de las que ahora mismo estáis leyendo esto lo recordáis. Sin embargo, en la actualidad veo con alegría como cada vez tienen mayor importancia y más especialidades médicas, farmacéuticas, y sanitarias en general; dan el valor que se merecen a los cosméticos. Pensad, por ejemplo, en una farmacia de hace años, y en una de hoy en día. Tienen más productos cosméticos que una perfumería. ¿Lo habíais pensado alguna vez? Yo sí, muchas veces. También observo que hemos pasado de un extremo a otro, y eso es lo que me preocupa, porque ahora hay cremas por todas partes. Se prescriben cosméticos en todo tipo de establecimientos y lugares, y llegas a encontrar cremas hasta en la feria del jamón. ¿Da la risa? A mí no.

Me pregunto qué está pasando en mi sector. La sociedad nos bombardea con tantas cosas que los consumidores están confundidos, incluso los profesionales estamos a veces confundidos. Y no me extraña. Hemos pasado de pensar que las cremas no servían para nada, a que nos digan que lo arreglan todo y encontrarlas por todas partes; parece que todo vale.

Pero no es precisamente a mí a quien hay que convencer de los beneficios de los productos cosméticos. Cada día compruebo en un gran número de pieles la importancia de una buena rutina cosmética domiciliaria. Y son miles a mis espaldas ya, tras veinte años de profesión en un centro que lleva cuidando la piel cuarenta y siete años.

Protejamos al consumidor

Este cambio de percepción que la sociedad tiene acerca de la cosmética me hace muy feliz, porque reafirma lo que siempre he sabido: el cuidado de la piel es fundamental. Pero no olvidemos algo básico, y es que, en el cuidado de la piel, no todo vale, y tampoco vale todo para todo el mundo. Os contaré otro detalle: vivimos en una sociedad en la que se defendía que un cosmético era bueno, y más seguro, si se vendía en farmacia. ¿Qué pasa ahora cuando muchas de las marcas de venta exclusiva en centros de estética derivan sus productos a la farmacia? ¿Quiere decir eso que son mejor ahora? ¿Antes eran peores porque se vendían en un centro de estética? ¿Son ahora más seguros? Pues no, porque son los mismos.

Más preguntas: ¿Son malas las cremas de un supermercado o de una perfumería? ¿Es el establecimiento lo que marca la calidad de un producto? De nuevo, no. Pero todas estas cosas no hacen más que confundir al consumidor.

Para cuidar la piel, hay que saber de piel

¿Quién o qué especialidad debería prescribir cosméticos? ¿La dermatología, los “influencers”, la farmacia, maquilladores/as, personal de perfumería, artesanos/as que venden sus productos en un mercado, personal encargado de tal tarea en un supermercado, esteticistas ...? Pienso que no hay una única respuesta. En mi opinión, sean bienvenidos todos aquellos profesionales que, desde el rigor, la formación y el buen hacer, contribuyan a situar la cosmética en el lugar que merece. Porque para cuidar la piel, es evidente que hay que saber de piel y, para saber de piel, hay que estar con contacto con la piel. Todas las personas que se dediquen a ello son importantes en esta cadena, pero hagámoslo bien porque, ante todo, debemos respetar a los consumidores.

Seamos rigurosos, no dejemos que nos influya lo externo, ya hay demasiado ruido respecto a este tema. No nos dejemos llevar por las modas, porque estar al día no signifiqua estar al tanto de la última chorrada, con perdón; tengamos criterio. Porque sabemos que hay mucho marketing detrás, y que lo consigue todo, nos enreda, y al final, caemos.

Como siempre, no olvidemos escuchar nuestra piel, porque la piel habla, y recordemos que la belleza ha de ser honesta y con cabeza.

Más información en: www.estelabelleza.com