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La figura de la semana || Dionisio Fernández Uría | Neurólogo del Hospital de Cabueñes, acaba de ser premiado por la sociedad española de su especialidad

Dionisio Fernández Uría: una mente pionera en Cabueñes

Amante de la náutica, el esquí y el campo, impulsó la primera unidad de esclerosis múltiple de Asturias tras décadas de una precursora investigación

Una mente pionera en Cabueñes

Como lleva media vida investigando y tratando con notable éxito a pacientes con esclerosis múltiple, los allegados al gijonés Dionisio Fernández Uría (Gijón, 1957) reconocen que el premio que le acaba de otorgar la Sociedad Española de Neurología (SEN) por su trayectoria no les causa una gran sorpresa. Aunque más bien reservado, el facultativo, desde su despacho del Hospital de Cabueñes, es considerado uno de los mayores referentes sobre la enfermedad en España y está al frente de la unidad del centro sanitario especializada en la patología desde que abrió sus puertas, el pasado 2016, como un proyecto pionero por el que él llevaba años peleando. Amante del ocio al aire libre, este médico elegante y sosegado, se escapa siempre que puede al campo en busca de un momento de pausa.

Los que le conocen explican que Fernández Uría tiene fama de ser un médico amable y pausado, que no es de los que alzan la voz para hacerse notar. No le gusta reñir con enfermos ni con compañeros y jamás pierde los nervios en público. “Los pacientes le respetan mucho porque sabe mucho, pero también porque tiene esa actitud seria y tranquila al hablar que transmite que él sabe de qué va la cosa. Te dice algo y a ti no te queda otra que fiarte. Es fácil confiar en él”, aclaran sus compañeros de trabajo. Y explican que buena parte de este prestigio, además de por los años de experiencia, radica en el carácter “concienzudo” del gijonés. Es metódico y detallista. Y evita siempre caer en suposiciones. “Tiene que estar muy seguro de las cosas antes de hacer o decir nada. Los pacientes confían muchísimo en él”, completan sus compañeros.

Esta actitud resulta especialmente ventajosa en consulta porque al gijonés le toca ocuparse, a menudo, de pacientes muy jóvenes. El tacto y la empatía importan, en estos casos, tanto como el propio diagnóstico. La mayoría de los recién diagnosticados con esclerosis múltiples tienen entre 20 y 40 años y llegan temblando de miedo al despacho del neurólogo. Él les explica, sin entrar en dramatismos, pero sin dar tampoco falsas esperanzas, que cada caso de esclerosis es un mundo y que, en realidad, muchos enfermos pueden vivir durante años sin notar secuelas importantes.

Fuera del despacho, el neurólogo tiene un círculo nutrido de amigos, muchos de ellos antiguos compañeros de pupitre de sus años de estudio en la Inmaculada, con los que suele escaparse a esquiar en invierno. Con el cielo despejado, al gijonés, casado y con una hija, el cuerpo le pide campo y mar. Es aficionado a la náutica y a los campings, y de joven, aunque sus amigos bromean diciendo que nunca fue demasiado alto, tuvo buena reputación como jugador de baloncesto. Estudió Medicina en Oviedo –coincidió con la doctora Solar ya en estos años, aunque no entablaron amistad hasta décadas más tarde– y antes de acabar en Cabueñes trabajó hasta 2005 en Avilés, llegando a ocupar la jefatura de Neurología del Hospital San Agustín. En su familia no hay médicos, la vocación le vino por sí sola.

La unidad de Cabueñes que Fernández Uría coordina desde 2016 fue pionera en Asturias y se tuvo que pelear por ella. La suerte hizo que su jefa, la doctora Dulce Solar –responsable de Neurología en el hospital–, también es una habitual experta en el tratamiento de la esclerosis múltiple, así que los dos pudieron unir fuerzas. Lograron el apoyo del anterior gerente sanitario, Miguel Rodríguez –actual consejero de Salud en Cantabria–, también porque la condición trasladada a los neurólogos fue que el coste fuese cero. No se les iba a dar ni más horas de trabajo ni más personal. Y ellos aceptaron.

Una mente pionera en Cabueñes

Una mente pionera en Cabueñes

Actualmente la unidad cuenta con tres neurólogos: Fernández Uría, Solar y Roberto Suárez Moro. Más pronto que tarde, sin embargo, va a tener que hacerse un hueco más visible en el complejo, porque si bien la prevalencia de la esclerosis sigue siendo baja, la ciencia sigue estudiando qué fenómenos están interviniendo en un repunte de casos muy notorio en las últimas décadas. Fernández Uría leyó su tesis en 1990, una investigación que tituló escuetamente “La esclerosis múltiple en Asturias”. En estos 30 años, el número de casos que se diagnostican cada año se han duplicado. En Cabueñes esto supone unos 15 enfermos nuevos anualmente y, como la calidad de los tratamientos sigue avanzando y la unidad acaba detectando más precozmente a sus pacientes, la esperanza de vida de los enfermos es hoy en día aceptable. Desde Gijón el equipo de Fernández Uría, que se espera jubilar en pocos años, está controlando a unos 500 pacientes. Pronto tendrán que llegar refuerzos.

El premio que le otorga la Sociedad de Neurólogos surgió después de que Dulce Solar propusiese la candidatura de su compañero. Toda la directiva de la SEN vio lógico darle el galardón. “Era un premio que caía de cajón. No tiene una compensación económica, pero es honorífico, que es algo que de vez en cuando también se agradece. Pocos llevan tantos años como él especializado en este tema, aunque jamás presuma de ello”, completan desde el hospital.

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