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Los radioaficionados de Gijón, en busca de conexión con personas de todo el mundo

“Si das con alguien la sensación es indescriptible”, afirman los asociados, que celebran hoy el Día Mundial de la Radioafición con jornada de puertas abiertas en su sede de La Pedrera

Por la izquierda, Domingo Álvarez, Araceli Álvarez, Fernando García y Valentín Benavente, en la estación de los radioaficionados gijoneses en La Pedrera.

Contactar con una remota isla del Pacífico Sur desde Gijón sin más ayuda que una estación de radio y una antena es el sueño de todo radioaficionado, “una descarga de adrenalina que no se puede describir”. Supone la justa recompensa a una pasión que se remonta a los orígenes de la radio y que hoy en día mantienen con vida un buen puñado de románticos de las ondas, con el reto de llegar “más lejos, cuanto más complicado mejor”, basándose únicamente en “nuestros propios medios”. En pandemia, además, la radio y las ondas se han convertido en una buena válvula de escape y una herramienta muy útil de comunicación, y por eso los aficionados gijoneses aspiran a divulgar en qué consiste su pasión, que tiene muchas caras. “Contactar unos con otros, formarnos e investigar en este campo y también competir, porque hay muchas competiciones a nivel internacional”, describe Fernando García, presidente de los radioaficionados de la sección local de Gijón, en la antesala de la celebración, hoy, del Día Mundial de la Radioafición. A lo largo de toda la jornada, radioaficionados de todo el mundo se harán presentes en las ondas para conmemorar que el 18 de abril del año 1925 representantes de 25 países creaban en París la Unión Internacional de Radioaficionados (IARU).

En la actualidad, esa representación ha crecido para incluir a 160 sociedades divididas en tres regiones, y en ese conglomerado internacional se suman los 125 socios de la Unión de la zona de Gijón. “En realidad son muchos más, calculamos que unos 300, pero no todo el mundo paga y eso que por una cantidad no muy elevada se tienen cubiertas cuestiones como el seguro de responsabilidad civil de las antenas o asistencia jurídica”, sostiene el presidente del grupo local.

Los que son aficionados de verdad “lo son a muerte”, como aseveran Domingo Álvarez, el vicepresidente gijonés, Valentín Benavente o Araceli Álvarez, quienes explican que “nada hay más emocionante” que lograr contactar con otros aficionados en la otra punta del mundo, algo que “a veces sucede cuando menos te lo esperas”, y “la sensación es indescriptible”. Y todo porque para ello “no te apoyas en medios públicos o en repetidores, esa es la magia”, resume Fernando García.

Y advierten que “no es una afición mucho más cara que el esquí o la caza”, aunque “hay de todo, gente que a lo largo de su vida va mejorando sus equipos hasta tener antenas potentes para transmitir a larga distancia y que acaban teniendo auténticos laboratorios”, pero en realidad “con poca inversión ya es posible conseguir buenos resultados”. Además, es una afición que “engancha mucho, puedes dedicarle tiempo cuando quieras en casa”, porque en cualquier momento puede haber alguien transmitiendo en otro punto con el que es posible contactar.

La pandemia ha truncado los planes de difusión de la radioafición, especialmente entre los más jóvenes, pero del mismo modo ha colaborado en tiempos de confinamiento a romper el aislamiento y favorecer la educación práctica en materias tecnológicas. La Unión de Radioaficionados de España solicitó a la Dirección General de Telecomunicaciones que los hijos de los radioaficionados pudieran operar las estaciones con el fin de promover la radioafición, y los resultados han sido muy buenos: la actividad en las ondas registró un nivel sin precedentes y los concursos de radioaficionados alcanzaron un número récord de participantes con más de 500.000 contactos realizados desde España, 70.000 de ellos desde Asturias.

La intención es la de “seguir dando visibilidad a lo que hacemos”, y por eso hoy desde primera hora y hasta las dos de la tarde los gijoneses abren sus instalaciones de la asociación de vecinos de La Pedrera para que todos los interesados puedan ver cómo contactan y cómo funcionan sus equipos. Para que las ondas sigan más en movimiento que nunca.

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