Marcelino Méndez lleva desde el año 72 jugando a la lotería, los Euromillones, la Primitiva y de todo, en el mismo sitio. “Pero nunca me ha tocado nada y el domingo van y venden a otro el boleto premiado”, bromeaba ayer por la mañana este vecino de El Coto mientras sellaba sus apuestas en el despacho de la calle General Suárez Valdés en el que hace dos días se vendió uno de los boletos premiados del sorteo del Día de Europa. Un total de 150.000 euros que “no arreglan la vida a nadie, pero dan una alegría”.
El local regentado por Pedro Martínez era ayer un hervidero de personas deseosas de arrimarse a la diosa Fortuna tras saber del pellizco llegado al barrio de El Coto, si bien “el ganador no se ha dejado caer todavía por aquí”, confesaba Martínez. Al ser lunes “siempre hay mucha gente para hacer sus apuestas, pero nadie ha llegado con el boleto ganador”, añadía, deseoso de seguir repartiendo la buena suerte entre sus vecinos.
De hecho, puede presumir de haber dado ya premios como ocho décimos de un quinto premio de la Lotería de Navidad, o tres décimos de un primer premio hace tres años, o dos premios de la Primitiva la misma semana, “para que luego digan que la suerte no llama dos veces al mismo sitio”. Es el suyo un despacho “de toda la vida, al que viene gente del barrio de forma asidua, así que no es difícil que el afortunado sea alguien de los habituales”, razona. “Además al estar la semana pasada en estado de alarma, salvo que haya sido algún trabajador que pasaba por la zona de casualidad, sería muy raro que se hubiera ido fuera”, explica, contento de que “sea quien sea el ganador, lo disfrute con salud”. Según sus cálculos, tras el descuento con destino a las arcas del Estado “se lleva 128.000 euros, suficiente para comprar una casina con huerta, que cotiza mucho al alza en estos tiempos”.
