“Hay que hacer inversiones en la planta, todavía no está preparada; esto no es una lavadora que se enchufa”. El consejero delegado de Enagás, Marcelino Oreja Arburúa, empleó ayer esta expresión tan gráfica para explicar que la entrada en servicio de la regasificadora de El Musel no será inmediata una vez que culmine la tramitación administrativa para su autorización, algo que ya está en su recta final. Marcelino Oreja evitó dar un plazo concreto para la puesta en servicio de la instalación, si bien indicó que “este año seguro que no, veremos si somos capaces de ponerla en marcha el año que viene, pero este año seguro que no”.
La regasificadora de El Musel acabó de construirse en 2012, con una inversión de 380 millones de euros, pero no llegó a poder ponerse en servicio debido a que los tribunales anularon su autorización administrativa, obligando a repetirla. Algo que ya está pendiente tan sólo de un trámite: que el Ministerio para la Transición Ecológica otorgue de nuevo dicha autorización, después de haber formulado la Declaración de Impacto Ambiental de la planta. El BOE publicó ayer ese trámite ambiental, coincidiendo con una visita a las instalaciones del consejero de Industria del Principado, Enrique Fernández; la alcaldesa de Gijón, Ana González; la directora de energía del Principado, Belarmina Díaz; y el presidente de El Musel, Laureano Lourido, con Marcelino Oreja como anfitrión.
La declaración ambiental de la planta se ha hecho tanto para la inyección de gas regasificado a la red nacional como para la descarga, almacenamiento y reembarque rumbo a otros puertos de gas natural licuado. Marcelino Oreja indicó ayer que la planta se utilizará “fundamentalmente” para almacenamiento, agregando que “tiene una situación geográfica espectacular y se puede utilizar para el almacenamiento de gas natural licuado del que se produce en Europa o fuera”. No obstante, Enagás aún no tiene en perspectiva ningún contrato con operadores gasistas que pudieran estar interesados en almacenar gas licuado en El Musel
“Entiendo que la región tiene prisa porque esta instalación se ponga en marcha, porque generará empleo, generará inversión, generará atracción, pero este es un primer paso, un paso importante, pero queda mucho”, señaló respecto a la superación de la tramitación ambiental de la instalación.
La regasificadora de El Musel supera la tramitación ambiental
En cuanto al empleo que se vaya a generar, no es posible aún concretarlo dado que “todavía no sabemos el uso que se le va a dar” a la instalación, que a largo plazo Enagás también proyecta almacenar hidrógeno verde e incluso exportarlo en barcos al norte de Europa desde El Musel.
Oreja recordó la necesidad de acometer labores de ingeniería y de adecuación de unas instalaciones que llevan ocho años paradas. “Queda ingeniería a desarrollar e inversión a realizar”, señaló, agregando que, “por supuesto”, habrá inversiones nuevas para facilitar la exportación del gas natural licuado desde los tanques de El Musel.
Por su parte, el consejero de Industria resaltó que, tras la declaración ambiental, “esta planta ya tiene un horizonte que no se va a parar para ponerse en marcha en los próximos meses”.
Enrique Fernández destacó el impulso que ha dado el gobierno regional para acelerar los trámites administrativos de la regasificadora.
Y la Alcaldesa también quiso agradecer “el trabajo conjunto del Gobierno del Principado, de la Consejería y de Enagás y también del secretario de estado de Medio Ambiente” para desbloquear la tramitación de la regasificadora.
La empresa planteó invertir 89,25 millones en el Puerto
En 2015 Enagás anunció al Puerto su intención de invertir, antes de que finalice 2022, 89,25 millones de euros para convertir sus instalaciones de El Musel en un centro logístico de gas natural licuado; descargar, almacenar y exportarlo de nuevo en barco a otros puertos. Aquella fue la justificación que dio la empresa para obtener una prolongación por 14 años del plazo de concesión de los terrenos portuarios que ocupa en la ampliación de El Musel, hasta octubre de 2058. La compañía no llegó a comprometer irrevocablemente dicha inversión, si no que la condicionó a la obtención de contratos con empresas comercializadoras de gas natural, para que dicho desembolso para la modernización de las instalaciones sea económicamente viable. Con la autorización administrativa de la planta a la vuelta de la esquina, la obtención de dichos contratos será la clave para la activación de la instalación y para que se acometan nuevas inversiones por parte de Enagás.