Fue un hito en Cabueñes, pero de eso hace ya diez años. Por eso, el acto de celebración de la instalación del primer quirófano híbrido de España en el hospital gijonés se convirtió ayer también en un acto reivindicativo, porque “la tecnología, como en todos los ámbitos, se queda obsoleta, y cada vez más áreas aspiran a utilizar este tipo de equipamiento”.

Javier Álvarez Fernández, jefe de servicio de Cirugía Vascular de Cabueñes, fue ayer el encargado de tomar la palabra en el acto de aniversario para explicar qué supuso la incorporación del quirófano híbrido en el enfoque terapéutico del paciente vascular: “un ahorro de tiempo y de dinero, y una gran mejora para el paciente”. Este tipo de equipamientos, afirmó, supuso “meter la alta tecnología de imagen dentro de un quirófano, y eso que puede parecer una tontería repercute en la atención a los pacientes”. La clave reside en que “podemos realizar intervenciones mínimamente invasivas a los pacientes, que son gente muy mayor, con arterioesclerosis, con enfermedades cardiópatas y vasculares que estaban fuera del rango de tratamiento con cirugía abierta”, expuso el doctor, habida cuenta de que estos perfiles son los que más riesgo de fallecimiento presentan a la hora de una intervención de ese tipo.

Los nuevos quirófanos permiten realizar tratamientos muy poco invasivos para solucionar el problema, y “lo mejor es que se puede hacer todo en el mismo acto: el diagnóstico y el tratamiento tanto abierto como cerrado, de tal forma que el circuito del paciente desde que llega al hospital se reduce”. Y mucho, porque hay casos en los que se mete a quirófano y ya sale con el problema resuelto.

En consecuencia, como insistió el jefe de Cirugía Vascular, “estamos ante un ahorro de tiempos, económico, rapidez en solución y tener al paciente el menor tiempo posible en el hospital”. De hecho, el quirófano híbrido jugó un papel fundamental en la pandemia por ese ahorro de tiempo y de estancia hospitalaria, que permitió “dar el alta el tres o cuatro días tras haber resuelto el problema de una vez”.

Tal es la importancia de estas nuevas tecnologías que los profesionales médicos claman por seguir sumando quirófanos híbridos cuanto antes, unos equipamientos que suponen un desembolso de más de un millón de euros. “Hace diez años fue una suerte que nos lo concedieran, fue una apuesta importante del Sespa y fuimos pioneros; hoy en día son fundamentales para cualquier cirugía vascular”.

Ahora mismo “ya necesitamos un nuevo quirófano, hemos de luchar más porque además es multidisciplinar: los radiólogos intervencionistas, los neurólogos y los traumatólogos de columna entran en este quirófano”, insistió Álvarez.

El gerente del área V, Manuel Bayona, apostó en su intervención por seguir a la vanguardia de la innovación desde Cabueñes, tras haber marcado un hito hace ya una década, si bien “la tecnología no puede sustituir al factor humano”. Eduardo Ros, catedrático emérito de Cirugía Vascular de la Universidad de Granada, se sumó igualmente en su intervención al impulso de las nuevas tecnologías tras una larga historia de mejoras, cada vez más enfocadas a los pacientes. Y precisamente pensando en ellos ayer se presentaron algunos avances realizados por la empresa Philips, que ayer presentó unas gafas de realidad virtual y una app para facilitar el trabajo de los cirujanos, en entornos cada vez más reales y a distancia.

El colofón a la jornada de aniversario fue una intervención quirúrgica realizada en el quirófano híbrido del Hospital de Cabueñes y retransmitida on line, un ejemplo más para insistir en la importancia de contar con los mejores equipos en el menor plazo de tiempo posible.