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Pescadores en una embarcación atracada en el Muelle de Rendiello, donde se descargan las capturas que se subastan en Lonja Gijón. | Ángel González

La rula alcanza los 1,9 millones de kilos de chicharro, un 60% más que todo el año pasado

Lonja Gijón facturó 18,64 millones de euros por la venta de 9,63 millones de kilos de pescado en los cinco primeros meses del año

La mar está siendo propicia este año para la lonja pesquera de Gijón. A le excepcional campaña del bocarte, que en lo que va de año ha llevado a subastar 6,68 millones de kilos de esta especie en la cancha de El Musel, se suman los más de 1,9 millones de kilos de chicharro que se han descargado en lo que va de año. La cifra es notable si se tiene en cuenta que durante todo 2020 se rularon en El Musel 1,19 millones de kilos. Esto supone que las ventas de chicharro en la lonja a la actual altura del año son más de un 60% mayores que las de todo el año pasado.

La flota de cerco gallega y asturiana se centró en el chicharro a partir de la última semana del mes de mayo, cuando se cerró la primera fase de la costera del bocarte, que se reabrirá el próximo 1 de julio. La cercanía a las costas asturianas del bocarte, con pesca a menos de una hora de la costa, desde el oriente al occidente de la región, es lo que explica que solo en junio se hayan superado con creces los 1,8 millones de kilos en la lonja gijonesa. Entre los meses de enero y mayo las ventas sumaron cerca de 62.000 kilos.

Los precios también están acompañando, según explican desde el sector, rondando el euro por kilo para los de mayor tamaño (los que para sumar el kilo precisan de tres a cinco piezas de pescado), con precios que suelen oscilar entre los 70 y los 80 céntimos de euro por kilo, salvo para los chicharrinos de menor tamaño en las que el precio en la subasta puede llegar a ser la mitad.

Por su parte, para las capturas de chicharro no hay cupos diarios por embarcación. Sí lo tendrá la flota de cerco que, a partir de 1 de julio, decida volver a centrarse en el bocarte. En esa fecha se reabre la pesquería de la anchoa para consumir el 10% de la cuota total, la que se reserva para el segundo semestre del año, con unos cupos por barco y día de 4.000 y 5.000 kilos, en función de si son embarcaciones con más o menos de 12 hombres.

Con las buenas campañas del bocarte y del chicharro, con más descargas de xarda también que el año pasado y con una de las costeras más importantes para la rula gijonesa aún en marcha, como es la del bonito, Lonja Gijón batirá este año récords de facturación. Los 9,63 millones de kilos del conjunto de especies que se rularon en los cinco primeros meses del año supusieron una facturación conjunta de 18,64 millones de euros, dejando ya muy atrás los 14,37 millones de euros que facturó la lonja de El Musel en todo 2020.

Más de tres cuartas partes de la facturación de Lonja Gijón entre enero y mayo procede de las subastas de 6,68 millones de kilos de anchoa, que se vendieron en conjunto por 14,35 millones de euros.

La lonja de El Musel, que hace dos años estaba en una situación de práctica insolvencia derivada fundamentalmente de impagos por parte de compradores, logró reponerse por el elevado volumen de ventas el año pasado, que va a superar en el actual.

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