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Los ingresos por la costera del bocarte igualan al total de los de la lonja en 2020

La flota descargó en El Musel 6,68 millones de kilos de anchoa este año, con llegadas de hasta 120 cerqueros en un mismo día

Descargas de bocarte en El Musel al inicio de la costera el pasado mes de marzo. Ángel González

El desplazamiento de la pesquería del bocarte hacia aguas asturianas en los últimos años se ha convertido en un auténtico maná para la lonja de El Musel. Si el año pasado esta campaña pesquera salvó de entrar en causa de liquidación de Lonja Gijón-Musel, este año los beneficios se van a multiplicar con creces. En solo tres meses, entre marzo y mayo pasados, las subastas de bocarte en la rula gijonesa sumaron 14.352.235,70 euros. Casi lo mismo que la facturación total de la lonja gijonesa, por todas las especies, a lo largo de 2020, año que se saldó con unas ventas globales de 14.376.852,12 euros; menos de 25.000 euros de diferencia.

La costera del bocarte aún no ha dado todo de sí este año. La pesquería se cerró en mayo tras completarse las capturas del 90% del cupo asignado. La flota volverá a echar las redes a la anchoa a partir de julio. Todos los años se reserva el 10% de la cuota para el segundo semestre. De momento, en esta primera tanda, entre marzo y mayo, en la lonja gijonesa se subastaron 6.685.960,70 kilos de boquerones, un 65,37% más que todas las capturas de esta especie ruladas en 2020 en Gijón, que cerró el año con 4.042.926,40 kilos rulados en la cancha gijonesa.

Si con las descargas del año pasado se batieron récords, este año también y con creces. A eso se suma que los precios han mejorado significativamente respecto a la costera pasada. El precio medio del kilo de bocarte subastado en 2020 en Gijón fue de 1,43 euros. Los precios mejoraron en lo que va de año y con tendencia al alza, pasando de los 1,56 euros de media por cada uno de los 1,28 millones de kilos subastados en marzo a los 2,73 euros por cada uno de los 3 millones de kilos rulados en mayo. En cuanto a abril, el precio medio fue de 1,73 euros y las subastas sumaron 2,40 millones de kilos. El precio máximo de un lote alcanzó los 13,49 euros por kilo, en mayo.

El muelle de Rendiello, donde se encuentra la rula, se quedó pequeño en las mejores jornadas de pesca, en las que llegaron a arribar a El Musel hasta 120 embarcaciones, la mayoría de otras comunidades autónomas del Cantábrico. Se llegaron a producir esperas de hasta cuatro horas para descargar y eso que los pesqueros atracaron de proa, en lugar de hacerlo de costado. Una espera que es asumida desde el sector, desde donde ayer indicaron que se encuentran a gusto en el puerto gijonés. Durante los descansos de fin de semana, parte de los pesqueros que acudieron a Gijón tuvieron que ir a atracar a los muelles de La Osa, al estar completo el Rendiello.

Facilitar las descargas

No obstante, el presidente de la Autoridad Portuaria de Gijón, Laureano Lourido; el director general de pesca marítima del Principado, Francisco González y el patrón mayor de Gijón, Jorge Álvarez, mantuvieron ayer una reunión en la sede de la Autoridad Portuaria de Gijón, con vistas a que la flota de bajura local facilite las descargas en futuras jornadas con una afluencia intensiva de barcos, liberando para los barcos de la costera el tercer tramo del muelle de Rendiello (el que está frente a los almacenes) que es en el que habitualmente atracan las embarcaciones locales, y liberando en tierra espacios que ocupa normalmente con aparejos la flota local.

La pesquería del bocarte se ha venido desplazando en los últimos años del cantábrico oriental hacia aguas asturianas. Los barcos descargan en los puertos más cercanos. Las compañías conserveras son los principales compradores. Tras la de este año y la del pasado, la tercera mejor costera en El Musel fue la de 2015, con 1.514.023,58 kilos rulados.

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