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Habla la hostelera que ayudó a unos menores a los que ofrecieron drogas por sexo: “El hombre daba mala espina; quería llevarles a casa”

Rocío Barrio, con su negocio en La Arena, hizo frente al agresor cuando trató de seguir a los chicos y llamó a la Policía

La hostelera Rocío Barrio, ayer en su sidrería. Ulises Arce

A la hostelera Rocío Barrio todavía se le ponen los pelos de punta al recordar al hombre de 36 años que el pasado sábado fue detenido en la calle Aquilino Hurlé, en el barrio de La Arena, tras haber ofrecido droga a unos menores de edad a cambio de favores sexuales. Los hechos tuvieron lugar sobre las 22.30 horas y la intervención de la mujer fue fundamental para que los adolescentes, que escaparon a la carrera de su agresor, no sufrieran daño alguno. Les ofreció cobijo en su sidrería y se enfrentó al varón, vecino de Oviedo, al que le negó la entrada en su local. “Se quedó fumando delante de mí. Era muy frío y decía que los quería acompañar a casa”, resalta Barrio.

Los hechos tuvieron lugar este fin de semana, sobre las 10.30 horas. Un grupo de jóvenes, de unos 15 años, se encontraban cenando en la terraza de la sidrería de la calle Aquilino Hurlé, cuando tras acabar sus viandas, decidieron ir a comprar un helado a un establecimiento cercano. En ese trayecto se encontraron con I. A. L., quien, supuestamente, les ofreció droga a cambio de obtener favores sexuales. Una propuesta que declinaron. No contento con la negativa, el detenido trató de cogerles del brazo y ante su acometida, los chicos decidieron escapar de nuevo a la sidrería de Rocío Barrio.

La dueña del establecimiento impidió la entrada al ovetense, quien demostró una actitud extraña. “Le grité, pero no se marchaba. Decía que solo los quería acompañar a casa”, explica la mujer, que alertó a la Policía Local. Ante esta llamada, el implicado decidió alejarse, aunque no demasiado. “Se escondió entre unos coches, para esperar a los niños”, relata Barrio. Al final, el detenido se metió en otra sidrería de la acera de enfrente, donde reusaron atenderle. Fue detenido en Aquilino Hurlé, esquina con la calle Manso. El implicado opuso resistencia y se le incautó una papelina de cocaína y un cigarro de hachís.

Rocío Barrio, que regenta la sidrería Casa Carmen, aún tendría un buen gesto a los que les dio dinero para tomar un taxi de regreso a su casa. “Si se puede ayudar con un gesto a que el mundo sea mejor debemos hacerlo”, confirma. El detenido, por su parte, se enfrenta ahora a un supuesto delito de corrupción de menores.

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