En sus últimas palabras, Emilia Vázquez, compañera de Xosé Bolado, lanzó un guiño en asturiano, la lengua por la que tanto peleó en vida el escritor y profesor, en su lucha por su reconocimiento. “En nome d’él, dígovos: gracies por esti honor, y gracies a tolos que fixisteis por ello”, señaló Vázquez, que recibió la distinción de la medalla de oro de 2021 de manos de la alcaldesa, Ana González, y del concejal de Movilidad y portavoz de Izquierda Unida, Aurelio Martín. “Su postrero acto de amor a la ciudad fue la donación del archivo, que durante treinta años reunió, sobre una persona singular y leitmotiv de su trabajo, como fue Rosario Acuña”, explicó.
Xosé Bolado, estandarte de la llingua asturiana (era académico desde el año 1988), maestro de la obra de Rosario Acuña, también dejó huella en Gijón por recuperar el Ateneo Obrero. “Entendió la cultura como forma de vida y compromiso”, destacó Emilia Vázquez.
Durante su intervención también transmitió su sentimiento agridulce. “A las personas que le quisimos, vivimos acompañados de él y participamos en su vida, nos acompaña un sentimiento ambivalente”, confesó. “Estamos felices porque la ciudad que lo acogió y que hizo suya le haya concedido esta distinción, una de las máximas a las que puede aspirar cualquier ciudadano”, agradeció Vázquez.
La compañera de Bolado, eso sí, lamentó que no haya podido recogerlo en vida: “Nos sentimos muy tristes, lo echamos de menos, nos duele su ausencia. Él tenía que dirigirse al público y recibir esta distinción. La agradecería con la modestia y discreción que siempre lo caracterizaron”.
La compañera de Xosé Bolado durante parte de su vida ensalzó que “siempre trabajó en favor del progreso y la concordia”, y resaltó que Xosé Bolado “hizo mucho por la ciudad desde el activismo, tanto social como de la llingua, o el cultural, político o literato”.
