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Poniente salva todos los obstáculos

El arenal gijonés acoge una carrera nocturna en la que participaron 40 familias que se disfrazaron de sus personajes favoritos: “Lo importante es divertirse”

“Los Minions”, concursantes del “Family Challenge”, atraviesan el primer obstáculo de la carrera. | JUAN PLAZA

Música a todo volumen, disfraces caseros y cientos de personas dispuestas a pasarlo bien haciendo deporte. De todo eso se llenó anoche la playa de Poniente, que acogió la I Carrera de Obstáculos Nocturna. Un evento que tendría que haberse celebrado el año pasado, pero que truncó la pandemia. La competición tenía dos pruebas, el “Family Challenge”, enfocada a un público familiar, y la “OCR Party”, para jóvenes a partir de 16 años. “El objetivo no es competir, sino pasarlo bien”, explicó Raúl Barrera, el presidente de Nortea, que organizó la cita de anoche en el arenal gijonés.

“Llevamos ya 200 carreras”, exclamó Serafín Corral, el ganador de la “OCR Party”, que iba disfrazo de “minion”, el popular personaje de la saga de películas de “Gru, mi villano favorito”. Corral estuvo acompañado de su numerosa familia, que son todos unos expertos en este tipo de carreras. También participó junto a sus parientes en la “Family Challenge”, que fue su cuarta competición de este tipo junto a sus seres queridos. En la categoría femenina de esta misma disciplina el primer puesto fue para Fuescila Vaquero, que paró el cronómetro en los 40 minutos justos.

A la cita acudieron un total de 40 familias, el máximo que marcaban las restricciones de aforo. Todas ellas se lo pasaron en grande entre hinchables, pruebas de agua y carreras de sacos. Algunos pequeños iniciaron la prueba al grito de “vamos a ganar”. Sin embargo, como recordó en ese momento Barrera, la finalidad de la prueba de ayer es “llegar a la meta con una sonrisa”. Y sonrisas, ayer en Poniente hubo para dar y regalar.

Arriba, Javier Marcos y Ana Santibáñez, disfrazados de vikingos. Sobre estas líneas, Noa Fernández junto a su padre, Manuel; su madre, Eugenia Fonseca, y su hermana Daniela. | Juan Plaza

El equipo “Racers LEGION” fueron los ganadores de la “Family Challenge”, que arrancó en primer lugar y a su término dio paso a la “OCR Party”, un circuito de seis kilómetros con 25 obstáculos que, además de hinchables y toboganes, incluía pruebas más duras tales como trepar por cuerdas y atravesar pasarelas sin que los pies tocasen el suelo. “La adrenalina, el compañerismo, el calor del público, superarme a mí misma... ¡Estoy enganchadísima!”, confesó Xandra Señorín, una bilbaína que ha participado con 83 pruebas similares a sus espaldas. Ha viajado por toda España y ha competido hasta en Amsterdam.

Señorín no era la única “adicta” a las carreras de obstáculos que acudió ayer a la cita gijonesa. Para María González, de Piedras Blancas (Castrillón), que compitió ayer junto a sus compañeras de CrossFit, el encanto estuvo en el trabajo en equipo. “Cuando corres individualmente se pasa bien, pero cuando lo haces con personas a las que adoras, se pasa aún mejor”, afirmó la deportista.

Poniente salva todos los obstáculos

La cita de este deporte extremo en Gijón fue una noche especial, además de por los motivos deportivos. El año pasado, después del éxito de una OCR celebrada en las calles de Cimadevilla en febrero de 2020, la pandemia obligó a cancelar la edición del verano del año pasado. Sus organizadores quisieron convertir la ocasión de ayer en una fiesta y para ello invitaron a los concursantes a disfrazarse y a medir su originalidad en un concurso que podría pasar el Antroxu por su nivel de detalle. súper héroes y heroínas, socorristas, dinosaurios y tortugas desfilaron ayer por Poniente ante la mirada asombrada de los transeúntes. Llamaron mucho la atención un par de vikingos que llegaron a Poniente con unos trajes que no habrían desentonado en una competición de “cosplay”. Eran “Los Nórdicos”, Ana Santibáñez y Javier Marcos, dos fanáticos del deporte que llegaron a Gijón desde Palencia. Para ellos, la fiesta tuvo un sabor especial. “Nos encanta disfrazarnos”, remarcaron.

Igual que la pandemia canceló la que iba a ser la primera carrera de este tipo en Gijón, este año el coronavirus no pudo con lo que algunos dieron en llamar “la carrera más divertida del año”. Participantes con mascarillas, salidas escaladas para mantener las distancias y restricciones de aforo fueron alguna de las limitaciones que no se volverán a repetir si el año que viene la pandemia lo permite. “Esperamos seguir creciendo año a año y convertir la cita en un festival anual del deporte de obstáculos en familia”, zanjó Raúl Barrera, tras una agitada noche en la playa de Poniente donde decenas de personas salvaron obstáculos y tiñeron el arenal de color con sus disfraces.

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