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Un chapuzón de luz para despedir el verano en San Lorenzo

El grupo de natación “Rampa 2” realiza su tradicional baño nocturno en arenal gijonés para cerrar la estación estival

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El grupo de bañista "Rampa 2" despide el verano con una travesía nocturna Marcos León

“Este año, coincidiendo que es el último día de verano y hay luna llena, nos parecía el mejor momento para hacer el baño nocturno tradicional”, explica Marisa Montero, miembro del grupo de natación de aguas abiertas “Rampa 2”, que realiza anualmente, sobre estas fechas, una actividad que consiste en hacer de noche un corto tramo a nado partiendo desde la escalera dos de la Playa de San Lorenzo.

“Venimos casi todos los días a nadar, pero a la gente le hace especial ilusión hacerlo este”, comenta la integrante de esta agrupación, que lleva seis veranos con esta práctica y ayer reunió a una veintena de personas dispuestas a bracear en el Cantábrico. “Suelen venir de otros sitios, como Oviedo y Mieres, a bañarse con nosotros”, explica Montero.

Uno de los aspectos más llamativos de la práctica es el hecho de que los participantes nadan acompañados de boyas que contienen linternas con luces de colores, creando un espectáculo visual muy llamativo. Los destellos naranjas, amarillos o verdes de estos cuerpos flotantes se recortan contra la oscuridad del cielo y captan la atención de los paseantes, que se asoman a la barandilla del Muro para disfrutar del espectáculo.

“Nuestro objetivo no es realizar ninguna competición, solo pasar un buen rato. Es más, hay bañistas aquí que no son expertos en nadar en aguas abiertas, así que limitamos más la distancia”, reconoce, antes de meterse en el agua, Iván A. Noval, quien explica que, durante el recorrido, aprovechan para “parar, charlar tranquilamente y disfrutar de la noche”. El frío no es un problema para estos bañistas. “Algunos van en neopreno, pero otros como yo, en bañador”, especifica Noval.

Un chapuzón de luz para despedir el verano

Teresa Del Riego y Amalia González, veteranas ya en estas lides, se mostraban entusiasmadas ante la llegada de la noche más especial para este grupo de bañistas. “Nos gusta juntarnos un día al año por la noche porque es diferente, es hacer lo mismo que hacemos casi todos los días, pero añadiéndole un factor más, que es el de nadar en la oscuridad y acompañados de las luces”, dice Del Riego.

Cada vez es mayor el número de personas que se apuntan a esta experiencia. José Montánez tuvo ayer la oportunidad de vivirla por primera vez. “Tenía muchas ganas de probar. He empezado en julio a nadar en aguas abiertas y ya le he cogido el gusanillo, así que me parece una forma inmejorable de cerrar el verano”, explica el joven.

A Oliver Calzón le llamaron la atención las fotos que había visto de otros años, y este se animó a probarlo. “Queda una estampa muy bonita con estas luces”.

A la hora prevista y con gran expectación entre los transeúntes del paseo del Muro, comenzó la ruta, que se prolongó hasta las primeras boyas, para volver después de nuevo a la orilla, con las luces aún alumbrando intensamente en la oscuridad y la mente de los bañistas puesta en el otoño, cuando continuarán haciendo lo que más les gusta: nadar siguiendo las mareas.

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