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La plantilla de bomberos, con 75 efectivos, a la cola del país: “El servicio está abandonado”

Los integrantes del parque de Roces inician hoy sus movilizaciones para lograr más personal que garantice la seguridad: “Falta voluntad política”

Por la izquierda, José Ramón Menéndez, Luis Valdés, Antonio Eiroa, Daniel López y Enrique Otero en el parque de Bomberos. Pablo Solares

“El parque de bomberos se ha ido abandonando día a día, en inversiones, en material, en vehículos y, sobre todo, en personal. La comparación con otras ciudades habla por sí sola, y tenemos que levantar la voz porque ya está bien”. Este es el sentir de la mermada plantilla del Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento de Gijón, que con 75 efectivos –la ratio actual, desfasada, cifra en 93 el número necesario– está a la cola del país en cuanto al número de bomberos por habitante. “Esto es cuestión de voluntad política, pero a ellos no les importa absolutamente nada”, coinciden los bomberos que hoy, a las doce de la mañana, se concentrarán en la plaza Mayor, ante el Ayuntamiento, para exigir un refuerzo de efectivos que repercuta en la seguridad de los ciudadanos. “No les entra en la cabeza que somos un servicio prioritario”, denuncian.

La necesidad de reforzar el servicio no es nueva, y el déficit de efectivos es palpable cada día. De hecho, “es muy difícil cubrir los 13 bomberos de mínimo para los turnos mínimos de trabajo. Se llama muchas veces a gente a casa”, explica Enrique Otero. Pero el día a día, ante las intervenciones en las que tienen que estar presentes (en 2020 realizaron 2.709 actuaciones), revela que no son suficientes. “No hay interés en invertir en bomberos, ni les importa si esto funciona porque no saben si vamos a un sitio a otro”, apunta José Ramón Menéndez. “Los servicios se solventan, pero si estamos en un incendio, y hay una segunda intervención en el momento, tenemos que desplazarnos varios al otro sitio, dejando el servicio primero a medias. Todo eso repercute en la seguridad de los ciudadanos”, lamenta Otero.

Los ejemplos son constantes, como ocurrió con el incendio en un gimnasio de la calle Donato Argüelles recientemente, que prácticamente se solapó con el que se originó en una vivienda en El Coto, con personas de avanzada edad. O el día que de madrugada tuvieron que actuar en el edificio La Estrella, en El Natahoyo. “Eran 17 alturas, con nueve viviendas cada una. Casi 200 pisos con dos parejas de bomberos sacando gente seminconscientes. Y los refuerzos llegaron ya al amanecer”, recuerda Menéndez. Otro ejemplo, que cita Valdés, “muy posible”: “Si vamos a un accidente con varios coches implicados en la ‘Y’ en dirección a Oviedo, se quedan solo dos bomberos en el parque, el telefonista y otro, y para volver a Gijón tenemos que ir hasta la salida del Montico para dar la vuelta. Si nos avisan volviendo son veinte minutos, y si nos pillan en plena actuación ya ni te cuento”.

Los números de la Estadística Nacional del Servicio de Bomberos (APTB) les da la razón a sus demandas, pues revelan que Gijón, junto a Oviedo, está a la cola de España en cuanto al número de efectivos por habitante. Vigo y Valladolid, dos ciudades muy próximas a Gijón en cuanto a habitantes, tienen 150 y 146 bomberos respectivamente. “¿Somos nosotros los listos? Los números están ahí”, reflexiona Menéndez.

Toda esta situación los ha llevado a emprender movilizaciones. La gota que ha colmado el vaso es la propuesta de optar por los interinos para cubrir los huecos. “En nuestro sector los interinos son un problema, porque nunca se quedan. Aprovechan la formación, que para cada uno cuesta 9.000 euros, y luego se van para otras administraciones. La plantilla del Ayuntamiento sigue creciendo, pero nosotros tenemos un 25% menos de plantilla”, cuestiona Menéndez. Y, además, “lo aberrante es que pueden meter fijos, porque hay seis plazas aprobadas, y si no las sacan es porque no les da la gana”, denuncia Daniel López. Hoy, pasan a la acción para revertir la situación.

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