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Bomberos se reforzará con 10 efectivos y dos mandos ante la falta de personal

“El objetivo es llegar a 18 personas por turno, es lo ideal”, dice el jefe del servicio, que aspira a “potenciar la prevención y el control de equipos”

Pablo Ferrío, jefe del servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento de Gijón. Luisma Murias

Ampliar el número de efectivos y reforzar la gestión administrativa. Esos son los dos retos principales que están en marcha en el servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento de Gijón desde la llegada de su jefe actual, Pablo Ferrío, que cumple cuatro meses en el cargo. La idea más inminente es la reestructuración del servicio, que el pasado año realizó 2.709 actuaciones, con la incorporación de dos nuevos mandos para “potenciar la parte de prevención” y, por otro lado, “el control de equipos y aparatos”. Además, está cerca la llegada de cuatro nuevos bomberos a la plantilla con la previsión de sacar otras seis plazas para alcanzar los 90 bomberos.

La falta de personal.

La plantilla de bomberos está ahora compuesta por 78 personas, lo que obliga muchas veces a llamar a gente de otros turnos. Ahora, explica Ferrío, “hay tres procesos selectivos en marcha, aunque dos de ellos son de promoción interna”. “El otro es de turno libre, y mi idea es que lleguen cuatro personas más ahora y sacar otras seis en la oferta de empleo de 2020. La falta de efectivos es un mal endémico que tiene el cuerpo de bomberos en Gijón desde hace varios años, pero en el Ayuntamiento hay intención clara de reforzarlo”, aclara.

El objetivo es llegar a a los 90 miembros en el cuerpo. Y todo para tener “a 18 personas por turno, que sería lo ideal para atacar dos intervenciones importantes a la vez con un número de efectivos correcto”. “Ahora estamos más justos”, reconoce el jefe del servicio.

Nueva estructura.

La llegada de dos nuevas personas “al staff” del cuerpo de bomberos permitirá avanzar en dos líneas y reforzar así el servicio. Por un lado, se buscará “potenciar la prevención, incorporando a una persona que marque un calendario de prácticas, intenso, para que la gente esté siempre entrenada, y siguiendo una formación equilibrada en todos los turnos”, expone Ferrío. Y por otro lado, una segunda persona para “el control de equipos y aparatos”. “Hay mucho stock en el parque, y necesitamos a una persona que se dedique específicamente a ese mantenimiento de los equipos en las mejores condiciones”, señala. Todo eso, confía Ferrío, “dará un valor añadido” al servicio.

Potencia técnica.

En la idea de cambiar la estructura, otro de los objetivos es dar una visión “más técnica y no solo operativa al servicio”. “Los bomberos de Gijón son un equipo perfectamente preparado, físicamente en condiciones que podrían funcionar perfectamente sin que yo estuviese aquí, mi objetivo es dar un impulso técnico al servicio”, reconoce Ferrío.

En su mente está el ganar transversalidad, con otros departamentos del Ayuntamiento y reforzar la estructura interna del parque de Roces. “Esto es un campo muy amplio, no es solo llegar y apagar un fuego; también está la prevención o el rescate acuático”, explica.

Mayor visibilidad y campañas informativas.

Bajo la premisa de que toda la información que se le ofrezca al ciudadano va a repercutir positivamente en el servicio, otro de los pilares en los que se basa la transformación del servicio está en las campañas informativas que pretenden desarrollar, incluyendo una página web. “Hay que desarrollar e informar a la gente, por ejemplo, si se les quema una sartén, el poner un trapo húmedo en lugar de echar agua evitaría muchos problemas”, considera Ferrío. “Toda información que les hagamos llegar, nos traerá un retorno positivo”, confía Ferrío.

Dos personas solo para el control de la plaga de las velutinas

De las 2.709 intervenciones llevadas a cabo el año pasado, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA en el mes de noviembre, la mayoría fueron para el control de la avispa velutina. Tal es la incidencia en Gijón que el cuerpo de bomberos tiene a dos personas dedicadas en exclusividad a este tema. “Es una plaga que tenemos ahí”, reconoce Pablo Ferrío tras las más de 700 actuaciones de este tipo en 2020. En lo que se refiere a incendios, los bomberos completaron el pasado año 421 intervenciones, la mayoría en objetos aislados (173), como contenedores de basura. En lo relativo a salvamentos (1.997 en total) priman, además de las velutinas, la atención a animales, los derrumbamientos y hundimientos y el socorro a víctimas. En lo que se refiere a asistencias técnicas (291) predominan las labores de prevención y salidas de reconocimiento y evaluación de la situación.

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