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Una chimenea desmontable para el sínter

Arcelor reutilizará en proyectos posteriores el futuro conducto de 60 metros de altura para dispersar mejor el polvo captado en la instalación

Al fondo, en el centro, chimeneas de los hornos de los dos sínter de Arcelor, la del B a la derecha, vistas desde la carretera de Avilés. | Marcos León

Las plantas de sinterización, los sínter, en las que se prepara el mineral de hierro para poder ser fundido en los hornos altos, son las instalaciones más contaminantes de la factoría gijonesa de Arcelor. Pero el mayor foco de polución no son los hornos en los que se amalgama el mineral de hierro con coque, si no la pequeña chimenea a través de la que se expulsa el polvo del interior de una de estas instalaciones. Duplicar la altura del tubo es lo que ha puesto sobre la mesa ArcelorMittal como propuesta para reducir drásticamente su nivel de emisiones, en vez de instalar un filtro de mangas al que inicialmente le obligaba el plan de calidad del aire para el oeste de Gijón. El hecho de que ese sínter, el B, vaya a parar definitivamente en 2025 por los cambios en el proceso de fabricación del acero que prepara la siderúrgica para reducir sus emisiones de CO2 ha llevado a que haya aceptado la propuesta de la siderúrgica de sustituir una medida por otra. Además también se ha negociado que Arcelor haga una mejora adicional en el sínter A, que es el único que va a quedar operativo a largo plazo.

Detrás de estas propuestas están los altos niveles de contaminación que soportan los vecinos de El Lauredal, donde sólo en los primeros nueve meses del año se superó en 75 días el tope diario de contaminación por partículas inferiores a diez micras (PM10), cuando la normativa española fija que como máximo se supere en 35 días al año.

Según un estudio elaborado por la consultora Troposfera para la multinacional siderúrgica, el 35,75% de las emisiones anuales de la factoría siderúrgica gijonesa que llegan a la urbanización de El Lauredal provienen de la chimenea secundaria del sínter B, la que se utiliza para el desempolvado.

Éste sínter se instaló en Gijón a mediados de la década de los años 90 del siglo pasado. Aquí lo trasladó la siderurgia desde Avilés, en cuya factoría ya sin hornos altos no tenía sentido una instalación de este tipo. Sus condiciones son muy distintas respecto al otro sínter, el A, cuya chimenea de desempolvado sólo contribuye con un 5,01% a la contaminación que llega desde la siderúrgica a El Lauredal.

Entre las diferencias de ambas sínter están la altura de sus chimeneas. El A tiene una principal de 100 metros y una secundaria de desempolvado de 50. Las del B tienen 80 y 33 metros, respectivamente. El escaso tamaño de esta última, unido a que la corriente de aire sale a una temperatura muy baja hace que las partículas que se emiten por la misma no se dispersen bien en todas direcciones, con lo que con las condiciones de viento adecuadas acaban llegando altas concentraciones de contaminación a El Lauredal.

Construir una nueva chimenea metálica de 60 metros de altura por 3,5 de ancho, antes de finales del año que viene para el desempolvado del sínter B le saldrá a Arcelor por 1,2 millones de euros frente a los 5 millones del filtro de mangas. Además, la nueva chimenea será desmontable, con lo que podrá reutilizarla en proyectos posteriores, una vez que se pare definitivamente ese sínter.

La otra inversión a la que se compromete Arcelor en el cambio de planes son los 6 millones que va a invertir en 2023 en un filtro de mangas para el enfriador del sínter A, en el que se reduce la temperatura del material al final del proceso de producción y que también es un foco pulverulento. Entre las dos inversiones suman 7,2 millones de euros.

El estudio de la consultora Troposfera para Arcelor asegura que es prácticamente equivalente la reducción de emisiones que se conseguirá con una chimenea más alta que con el filtro que ahora se descarta en el sínter B.

La modificación del plan para recoger los cambios está ahora en periodo de información pública tras el que se modificará la autorización ambiental integrada. Pese a apuntar a la chimenea secundaria del sínter B como su principal foco contaminante en El Lauredal, Arcelor nunca ha reconocido ser la causante de la mala calidad del aire en la zona, sosteniendo el informe de Troposfera que sólo el 18% de la polución en El Lauredal llega de la siderúrgica. Informes encargados por el Principado en 2015, en cambio, apuntaban a Arcelor como la principal causa de polución en el oeste de Gijón durante los días con mala calidad del aire.

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