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La Iglesiona luce la primera imagen de Juan Pablo II en un templo asturiano

El Arzobispo visitará la talla de la Basílica del Sagrado Corazón en las próximas semanas

La imagen de Juan Pablo II en la Basílica. Marcos León

El Papa Juan Pablo II bendice la Basílica del Sagrado Corazón. Una talla en madera de tilo de 1,70 metros de altura, que se eleva a 1,85 metros contando con el pedestal sobre la que reposa, preside la Iglesiona desde el viernes. El busto, de gran calidad y que reproduce fielmente las facciones del santo, es el primero que hay en Asturias en honor a Karol Wojtyla. Un detalle que ha sido muy bien acogido por los fieles.

Lo cuenta Manuel Robles, el rector de la Basílica del Sagrado Corazón. “Ya se han fijado en ella y la han acogido con mucha simpatía”, explica. “La de Juan Pablo II es una figura que todo el mundo conoce porque su papado abarcó a muchas generaciones”, añade. El busto se ha elaborado en los talleres de Granda, en Madrid, donde trabajan especialistas en el arte sacro y que tiene raíces asturianas. La empresa la fundó en 1891 el escultor y sacerdote de Pola de Lena Félix Granda Buylla.

Inicialmente, la talla tendría que haber llegado en octubre, pero por cuestiones de intendencia se retrasó hasta esta semana. Y está previsto darle un recibimiento por todo lo alto. En unas semanas, el Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, presidirá una ceremonia en la Iglesiona. “Por ahora no hay fecha porque hay que cuadrar agendas, pero se hará. Lo comentamos y fue el propio Sanz Montes el que propuso que la talla estuviera aquí, en la Basílica”, certifica el rector del templo.

Manuel Robles, con la talla detrás. Marcos León

La impronta de Juan Pablo II es inmensa y su relación con la Iglesiona muy intensa. Fue durante su pontificado cuando la Santa Sede declaró el templo como Basílica Menor por “la importancia de su historia y su decoración”. Basílicas son todas las iglesias de Roma, pero solo hay cuatro que son mayores. Son las de San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María la Mayor. El resto de la iglesias de la capital italiana son basílicas menores como los son otras 1.500 en todo el mundo, entre ellas, la gijonesa.

El recorrido histórico de Juan Pablo II también es mayúsculo. Fue el máximo representante de la Iglesia Católica entre 1978 hasta su muerte, en 2005. Su pontificado fue el tercero más largo de la historia y contrasta con el de su predecesor, Juan Pablo I, que falleció en circunstancias polémicas tras solo 33 días al frente. Su sucesor, Benedicto XVI, estuvo en la Santa Sede desde el 2005 hasta el 2013, momento en que efectuó su renuncia. Un hecho que impactó al mundo por su infrecuencia. Para encontrar un antecedente así hay que retroceder 598 años.

“El paso de Juan Pablo II pilló a todo tipo de personas porque estuvo entre 1978 y 2005”, analiza Robles. “Es una figura muy relevante, muy querida. Que atrae a todo el mundo, tanto a jóvenes como mayores, a niños y a sacerdotes”, explica el Rector. Ayer, durante el oficio, muchos de los presentes pudieron ya fijarse en la talla. Con la mano levantada con varios dedos, sorprendió a los presentes por su gran parecido al santo. Se la mire desde la perspectiva que se la mire, la reproducción es tremendamente fiel. Captura las arrugas de la frente y ese gesto amable que caracterizó al polaco, que aparece de blanco inmaculado en el templo gijonés. Un templo, el de la Basílica del Sagrado Corazón, que suma desde ahora un atractivo más a su larga lista de razones que la hacen especial para los gijoneses y también para el resto de los asturianos.

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