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Los viajes de Jovellanos (XXXIX): Por los alrededores de Valladolid

Así fue el recorrido de Jovino por poblaciones próximas a la capital castellana, con breve parada nocturna en Palencia antes de retomar el camino

Restos del claustro del convento de los Agustinos en Dueñas (Palencia).

Permanecía Jovellanos en Valladolid hasta el 21 de septiembre de 1791, pero iniciaba un viaje muy interesante dentro del propio gran viaje que estamos siguiendo tras la estela de nuestro ilustrado. Y es que desde Pucela y regresando días después, se acerca a conocer lugares de extraordinaria belleza e interés, que como no, vuelve a registrar en su Diario. Entre el 21 y el 27 de septiembre, Jovellanos nos deja un escrito hermoso que vamos a ir viendo en los próximos capítulos.

El mismo día 21 está de preparativos de partida y nos dice así: “Día 21 de setiembre. –Habiéndose resuelto este viaje ayer a mediodía, se buscaron mulas y citaron para hoy a las cinco de la mañana. Salida a las siete; mañana fría; paseo de Floridablanca, a la media legua, peón caminero con su casita, y sigue el plantío; otro peón a la legua; sigue el camino hasta Cabezón, dos leguas cortas o una y media por la medida carolina. Puente sobre el Pisuerga y mucho arbolado; Palazuelos, casa capitular de los monjes bernardos, a media legua corta; siguen inmensas llanuras sin camino, arbolado, lindes ni población; luego Dueñas, donde llegamos a las doce menos cuarto. Iglesia gótica mal remodernada, singularmente en el crucero y cúpula, añadida y adornada de malísimos estucos; retablo gótico; dos enterramientos al lado del evangelio y otros dos al de la epístola; éstos con adornos góticos y sin bulto, pero con inscripciones; de aquéllos, el primero con inscripción y ambos con bultos; están copiadas las tres inscripciones”.

El recorrido en cierto modo es a la inversa del que vimos cuando llegaba desde Burgos a Valladolid aunque luego se desviará, de hecho pasa por Cabezón de Pisuerga y por Santa María de Palazuelos, y también por Dueñas donde mete su bisturí artístico en la iglesia parroquial, que no es otra que Santa María de la Asunción. Este edificio muestra un amplio abanico estilístico ya que tiene trazas en su estructura del siglo XII, pero las obras se prolongan hasta el siglo XVI que es cuando recibe el aspecto que hoy mantiene, al finiquitarse la torre que fue proyecto de Alonso de Tolosa en 1585. Es de grandes dimensiones y tiene tres naves que están separadas por pilares octogonales, estando la central cubierta con bóveda de arista y culminada con un singular cimborrio y linterna.

En su interior cabe destacar el retablo mayor de estilo hispano-flamenco realizado entre 1510 y 1518 por el Antonio de Malinas, Giralte de Bruselas y los entalladores Pedro Manso y Alonso de Ampudia. Por cierto este artista, Giralte de Bruselas, también trabajó en el retablo mayor de la catedral de Oviedo, auténtica obra maestra del gótico nacional. Se representaron en él escenas de la vida de Cristo y de la Virgen. También es destacable la sillería de coro, datada hacia el año 1500.

Pero Jovellanos habla de unos sepulcros con inscripciones y se refiere a los enterramientos de la familia Acuña, condes de Buendía. El rey Juan II entregó la villa de Dueñas a Pedro de Acuña, I conde de Buendía en 1439 y este tuvo gran protagonismo político interviniendo en los compromisos matrimoniales entre Fernando de Aragón e Isabel de Castilla. Protagonista material de estos compromisos fue el Palacio de los Condes de Buendía, donde llegó Fernando el 19 de octubre de 1469 para organizar su boda con Isabel en Valladolid. Pedro de Acuña fue también clave en la fundación de la Santa Hermandad, donde Dueñas fue el punto estratégico para las reuniones que determinaron su creación. El sepulcro de Pedro de Acuña es uno de los que Jovellanos menciona. El otro es de Lope Vázquez de Acuña, II conde de Buendía, gran soldado, que venciendo en Quesada a los musulmanes logró obtener 13 banderas que son las que figuran en su escudo. Participó activamente también en las guerras de Portugal, Málaga o Granada y murió el 1 de febrero de 1489, estado sus restos también en esta iglesia.

A continuación, nuestro viajero ilustrado nos narra lo que sigue: “Convento de agustinos calzados; hospital; ochocientos vecinos; gran cosecha de vino, como ciento veinte mil cántaros; se encierran en bodegas o cuevas subterráneas cavadas en la colina, que es toda de marga; al cuarto de legua el monasterio de benedictinos de marras, y enfrente el camino de Palencia sobre la izquierda; este camino es trabajado por mi amigo D. Vicente Carrasco, por los años de 87; es excelente; tendrá de ancho más de cuarenta pies; es sólo de relleno de guijo, con buen lomo y guardarruedas; corren el Carrión y el Pisuerga a derecha e izquierda; a lo lejos, entre ambos, una llanura harto extendida, terminada y circunscrita por unas montañuelas barrizas formadas por los mismos que corren a su falda, el Pisuerga a la derecha, Carrión a la izquierda”.

Una iglesia con escudos

Aparte de la interesante mención a la elaboración de vino en la zona palentina menciona el convento de agustinos que fue referencia en Dueñas y en los alrededores. Hoy solo queda la iglesia de lo que fue el cenobio, con su espadaña esbelta y casi imagen icónica de la población. Existió extramuros hasta el siglo XIV otro convento que fue destruido y ya en el XV nació el que conserva hoy en partes, bien es cierto con remodelaciones y añadidos en los siglos XVI y XVII. En la iglesia encontramos los escudos de los Acuña, de hecho el convento estuvo bajo patronazgo de Juan de Acuña, marqués de Vallecerrato, y en el altar está enterrado.

Algunas dependencias del conjunto son hoy biblioteca y casa de cultura, y las arquerías del viejo claustro, son llamadas en la actualidad el “Patio de Arcos”.

El 21 de septiembre lo finiquita yendo a alojarse a una posada en Palencia capital, pero antes de llegar escribe el recorrido: “A la derecha se ve Tariego en la otra parte del primero, y Baños a ésta (aquí dicen que hay una inscripción gótica). Calabazanos en el camino y más a la izquierda Villamuriel. A la media legua plantío de negrillos sin riego, algunos bien presos. Cerca de la ciudad, bella alameda, bien criada, y en el ruedo mucho arbolado con varias avenidas; a la parte del río Carrión mucha frondosidad. Llegamos a las seis; gentes en el paseo, harto aseadas; En la posada a dormir; gasto, cincuenta y dos reales vellón”.

Pasa nuestro Jovino por el valle del Cerrato para llegar a Palencia capital, poblaciones como Tariego, Villamuriel, Venta de Baños o Calabazanos pertenecen a esta comarca, cuya etimología parece venir del latín cirratus o del romance zerrato, como tierra dominada por cerros.

Cita en el paso por las cercanías de Venta de Baños de una inscripción gótica, que aunque Jovellanos no entra, se refiere a la importantísima obra de arquitectura visigoda de San Juan de Baños. La inscripción se conserva y dice así traducida al castellano: «Oh mártir Juan Bautista, Precursor del Señor, posee en eterno ofrecimiento esta basílica edificada para ti, la cual yo mismo, el devoto rey Recesvinto, amador de tu nombre, te he dedicado de lo mío propio, en el año décimo después de aquel en que se contaba el décimo de mi padre Chindasvinto y el tercero de mi glorioso reinado. Transcurriendo la era seiscientos noventa y nueve». Este año de consagración por Recesvinto sería el 661, y San Juan es una joya artística y cuasi única de la arquitectura visigoda. Indicar solamente que el interior es de tipo basilical con tres naves, la central más alta y ancha que las laterales y con una altura el doble que la anchura, separada por cuatro arcos de herradura que descansan sobre columnas cilíndricas, tal vez reutilizadas de alguna obra romana anterior.

Entra a dormir en Palencia, con alguna pequeña visita protocolaria, pero su estancia es muy reducida y al día siguiente, bien temprano, como era habitual en sus viajes prosigue el recorrido. Dice en el inicio del nuevo día: “Día 22.-Afeitarnos a las cinco y media; salida a las siete por un camino bellísimo, ancho y cómodo, de media legua, donde acaba; a la derecha, algo retirado, Villalobón”.

Muchos lugares de gran interés verá en ese día, pero ya la veremos nosotros en el próximo capítulo.

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