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Vicente, el obrero que salió ileso del derrumbe de Gijón: "Salvé la vida de milagro, pero ellos se quedaron allí"

Uno de los supervivientes en el San Vicente, fue el nexo entre policía y familiares de los fallecidos: “Nosotros dos estábamos en un hueco, pero David y Andrés estaban más al fondo”

Vicente Moirón

La familia de Andrés y David Velasco, los dos primos fallecidos mientras realizaban reparaciones en el colegio San Vicente de Paúl, vivieron largas horas de angustia hasta confirmar sus propios temores desde que el tejado del edificio se derrumbó y les sepultó a las 11.40 horas. Pasadas ya las cinco de la tarde, se fueron en sus coches tras ver cómo la furgoneta funeraria se llevaba a sus seres queridos. No hubo milagro. Al menos para ellos. “Mi compañero Kamel y yo salvamos la vida milagrosamente, pero ellos se quedaron allí”, lamentó Vicente Moirón, uno de los trabajadores que se salvó ayer de morir entre los escombros y suegro de uno de los fallecidos. Fue este hombre de 62 años, natural de Mieres y vecino de Gijón, quien sirvió de puente entre el operativo de búsqueda, en conversación con policías y bomberos, y la familia de los dos compañeros que no daban señales desde el derrumbe. “Tranquilos, estad tranquilos”, les repetía con entereza a pesar de ser consciente de la gravedad.

Vicente Moirón, en la calle donde tuvo lugar el accidente. M. L. / J. P.

Vicente Moirón logró ser rescatado con vida por los bomberos. “¡David!, ¡David!”, gritaba según pisaba el suelo de la calle Caridad. Tal y como él mismo relató, cuando la terraza de colegio se vino abajo él se encontraba en un lateral y se libró. Su hermano, presente junto a él tras lo ocurrido, confesó que el ir a fumar un cigarro le salvó la vida. Lo primero, tras dar las indicaciones pertinentes a los rescatadores, fue ir llamando a la familia de los dos afectados. Una de ellas era su hija, María Moirón Dos Santos, compañera sentimental de David Velasco. Uno a uno fue dando ánimos.

De salvar la vida a informar de la muerte de sus compañeros

Uno de los momentos más duros que ayer se vivieron fue cuando se confirmó el hallazgo del primer fallecido, Andrés Velasco, y todos se agolparon en la puerta del colegio para entrar y ver de quién se trataba. La espera hasta entonces había sido ya larga, casi tres horas en las que la familia apenas bebió unos sorbos de agua y combatió con tabaco la angustia. “La espera se hace durísima”, confesó uno de ellos. Entre tanto, Vicente Moirón seguía colaborando con la Policía, dándoles los detalles de cómo se encontraban cuando ocurrió el derrumbe, las labores encargadas y todo el tema del papeleo. Hasta el coche de uno de los fallecidos que se encontraba aparcado cerca. También del otro compañero, Kamel A., al que habían trasladado a Cabueñes a la vez que le habían rescatado a él. “Nosotros dos estábamos en un hueco, pero David y Andrés estaban más al fondo”, acertó a describir durante las más de cinco horas de espera.

De salvar la vida a informar de la muerte de sus compañeros

La esperanza la mantenían todos, pero cuando de nuevo se acercó un agente hasta Vicente Moirón, los gestos cambiaron el semblante de todos los presentes. “Tranquilos, tranquilos”, volvió a decir este mierense dedicado a la construcción desde hace años. Tras hablar con el Policía se dirigió a sus familiares para revelarles el hallazgo sin vida de David Velasco. Gritos desgarradores de dolor, las manos sobre la cabeza y lamentos al confirmar el peor de sus temores. Vicente Moirón todavía tenía fuerzas para consolar a los presentes. “Si al menos David hubiese sobrevivido...”, reflexionaba Mari Díaz Rodríguez, su tía y madre de Andrés Velasco. Luego, hasta acompañó a la ambulancia a una de las familiares que precisó atención sanitaria por los nervios.

Al dolor de la familia se sumaron también ayer los sindicatos UGT y Comisiones Obreras, que prevén una concentración este lunes. “Se debe actuar desde la prevención y potenciar su gestión en los lugares de trabajo; evaluar, prevenir y eliminar riesgos”, apuntó Gerardo Argüelles, de CC OO. “El trabajo no puede seguir costando la vida de trabajadores y trabajadoras, no habrá recuperación económica ni vuelta a la normalidad mientras se sigan produciendo muertes en los centros de trabajo, hay que acabar con esta lacra”, aportó Marino Fernández Reinaldo, de UGT.

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