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La ampliación de Cabueñes podrá “redefinirse” para adaptarse al covid

Las obras del hospital dejarán varias estancias inacabadas en su primera fase para adaptarlas a las posibles nuevas necesidades del complejo

El Hospital Universitario de Cabueñes. MARCOS LEON

La primera fase de obras del Hospital de Cabueñes, recién licitada, se abre en su memoria justificativa a la posibilidad de “redefinirse” en caso de que la pandemia por coronavirus modifique algunas de las necesidades del complejo. La reforma integral del centro sanitario, que siempre se diseñó priorizando criterios de flexibilidad para facilitar que sus usos específicos pudiesen actualizarse a lo largo de su vida útil, recoge ahora expresamente que su planteamiento permitirá aportar “respuestas adicionales” a las hasta ahora previstas para suplir los nuevos retos que puedan haberse aprendido a raíz de la pandemia. Por eso, las soluciones arquitectónicas del futuro hospital será “lo más modulares y homogéneas posible” para que sean “fácilmente cambiables” y “capaces de soportar una infraestructura tecnológica cada vez más fuerte”.

El proyecto básico del futuro hospital ya redefinió su concepto inicial en 2018, y ya por entonces abogaba por que la ampliación del centro sanitario tuviese en cuenta las nuevas tendencias del sector, que pasa por unas estancias hospitalarias cada vez más cortas y un repunte en la actividad de consultas externas, procesos ambulatorios y pruebas diagnósticas. Así, el nuevo hospital dejará las actuaciones en sus áreas de esterilización, farmacia, hemodiálisis y laboratorios se edificarán como “contenedores sin distribuciones ni acabados” en esta primera fase y se configurarán como áreas “en bruto”, para que el personal del hospital pueda decidir después en el momento qué tipo de mobiliario y configuración se ajusta más a sus necesidades.

Flexibilizar los usos de las nuevas estancias que salgan de esta primera fase, que levantará un nuevo edificio de ocho plantas con dos sótanos en una finca anexa al hospital, se justifica porque será este nuevo complejo el que agrupará “gran parte de la actividad más externa y principal” del nuevo Cabueñes. La distribución de los servicios es la misma que la que ya se había aprobado en su día y reserva la planta baja para el área de Urgencias, libera otras dos como plantas de instalaciones y situará en la tercera un gran bloque quirúrgico con 19 quirófanos y puestos de recuperación y cuidados postoperatorios. Gran parte de las citadas áreas “en bruto” se repartirán por la quinta planta y en la sexta habrá una UCI ya dividida en dos zonas, con 10 y 12 camas con sus respectivos controles, lo que facilitará la separación de circuitos que tan necesarios se han visto a raíz de la pandemia.

Esta primera fase de obras salió a licitación pública el pasado jueves con un presupuesto de 85,8 millones, casi el doble de los 44,9 que se habían presupuestado para la anterior licitación, que acabó quedando desierta. El Ejecutivo regional espera paliar parte de la inversión con fondos europeos, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, para una obra que tendrá un plazo de 29 meses. Se calcula un gasto de 11,1 millones en el año en curso y, para los dos siguientes, respectivamente, altas partidas de 41,2 y 33,4. Por comparar, el Principado en sus presupuestos de este año destina en inversiones directas unos 17 millones para Oviedo y otros 30 para Gijón.

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