La reforma del acceso principal al colegio Cervantes por la calle Camino Rubín está ahora en manos de los bloques de vecinos de esta vía, en concreto, los números 5 y 7. Son estas comunidades de vecinos las que deben dar el visto bueno a unas obras que implican la construcción de una rampa para hacer el acceso al centro más accesible. Debido al poco espacio que hay en este punto, esta nueva rampa debería integrarse en un jardín que es propiedad de estas dos comunidades de vecinos. Además, el colegio Cervantes reclama aparejada a esta actuación la construcción de otra rampa para hacer más accesible su puerta principal.
Ayer se produjo una reunión entre la directora del centro, Geles García, los presidentes de estas comunidades, y los concejales de Urbanismo y Obras Públicas, Dolores Patón y Olmo Ron. En la misma, el Ayuntamiento entregó unos bocetos a las comunidades de vecinos para que se hicieran una idea de lo que implicaría esta actuación. Ahora, si empiezan o no los trabajos depende de si los vecinos dan o no el visto bueno. Si hay luz verde, el Cervantes también podría cumplir su deseo de tener una rampa en la puerta principal del colegio, dentro del patio. La confianza es que si hay acuerdo las obras puedan empezar ya este mismo verano.
