El pequeño perro “Roy” va en camino de poder hacer sus particulares PCR para detectar el covid simplemente arrugando el hocico. El animal es uno de los fichajes de la asociación Canvida Detección, que acaba de aliarse con la Escuela Politécnica, para poner en marcha una unidad canina capaz de detectar enfermedades. Hasta ahora, ya se han visto avances en el diagnóstico de sarcomas y covid-19, y ayer el equipo mostró el nuevo espacio habilitado en la EPI para agilizar los entrenamientos. “Queda mucho trabajo, pero empieza una nueva ciencia”, valoró Agustín Ortal, de Canvida.

La asociación empezó su andadura hace ahora unos cinco años y en su primer estudio preliminar, recién publicado, su equipo canino ya puede detectar sarcomas con un 95% de probabilidad de acierto. La unidad trabaja con cuatro perros, y ayer visitaron la Politécnica, a modo de ejemplo, dos: “Nai” y “Roy”. “Nai” es una perra muy sociable y se puso algo nerviosa, porque está acostumbrada a trabajar sola, pero entrena ahora con una rueda mecánica elaborada por los ingenieros de la EPI con la que afina su talento para detectar el cáncer. Los entrenadores le ponen varios tubos en esta rueda –solo uno de ellos con la muestra que contiene el olor del tumor– y la hacen girar con ella fuera de la sala. Su trabajo –y si acierta recibe un premio, en general comida– es oler todos los botes y señalar con el hocico la muestra cancerígena. También su compañero “Roy” detectó ayer a la primera, varias veces seguidas, cuál de los tres botes que le ponían delante sus entrenadores contenía una gasa con sudor de un enfermo de covid, una muestra facilitada por la UCI del HUCA. El premio para él es jugar con una pelota de goma y recibir muchas caricias por parte del preparador Miguel de Prado. La nueva unidad canina cuenta con el apoyo de la FINBA, EDP y el Ayuntamiento y ha comenzado a estudiar también el cáncer de cuello y cabeza.