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Un joven al que retuvieron y acuchillaron para robarle: "Tenía miedo, me amenazaron"

Los procesados piden perdón "por el daño hecho" y explican al tribunal cómo su estancia en prisión les ha cambiado: "El dinero no lo es todo"

En primer término, el joven que denunció su secuestro, con los dos acusados, en el banquillo, custodiados por la Policía Nacional, este miércoles, ante el tribunal de la sección octava de la Audiencia. | M. L.

"Quiero pedir perdón a quien haya hecho daño vendiendo droga, porque estropea familias. Me he dado cuenta de que el dinero no lo es todo y se puede vivir de forma honrada". Con estas palabras trató de justificar este miércoles su conducta Noe Alexander F. D. A. N., un joven de origen portugués que se enfrenta a trece años de cárcel por los delitos de tráfico de drogas, robo de vehículo a motor y detención ilegal de otro joven con el que supuestamente había quedado para venderle hachís. Junto a él, en el banquillo, otro de los procesados, un joven marroquí que afronta diez años de cárcel por los mismos delitos (a excepción de las drogas) y que suma otro delito leve de lesiones. Este acusado, Ayoub E., hasta sacó una nota que había escrito en prisión para explicar al tribunal cómo le había cambiado su estancia en el Centro Penitenciario de Asturias durante más de un año. "He cometido muchos errores a pesar de los valores de mi madre, muy trabajadora. La UTE me ha hecho cambiar y dar sentido a mi vida y al salir seré una persona honrada, quiero pedir perdón por el daño causado", compartió, entre otras cosas, este joven.

Escuchando esas palabras de arrepentimiento, se encontraba el joven al que supuestamente secuestraron, acuchillaron y robaron a la fuerza en marzo de 2021. Este individuo declaró una vez más todo lo ocurrido desde que contactó para comprarle droga a Alexander F. D. A. N., y cómo al estar en el portal de su casa le subieron por la fuerza y amenazándole hasta el piso, tanto Ayoub E. como otros individuos no identificados. Ya en la vivienda, le sentaron en el sofá, revolvieron la casa y como no les decía dónde escondía el dinero, le clavaron un arma blanca en la pierna. Tras encontrar 1.000 euros escondidos en una lata (y robarle más objetos), los delincuentes se llevaron a un coche a su víctima y condujeron hasta una vivienda en Olloniego, donde le tuvieron retenido en una habitación durante casi un día entero, hasta que finalmente le llevaron de nuevo hasta su casa.

El fiscal considera el relato de la víctima "persistente en el tiempo, coherente y verosímil" al comparar todas las declaraciones ofrecidas por este joven desde que denunció a la Policía y hasta la vista oral, que se reanudó este miércoles después de que la primera sesión tuviese que ser suspendida porque se citó mal a la víctima. En todo momento, explicó el joven afectado, "me estuvieron amenazando con una pistola y un machete (reconoció las armas cuando el tribunal de las exhibió); tenía miedo y por eso no pedí ayuda".

En la vista de este miércoles declararon también hasta siete agentes de la Policía Nacional, que vinieron a avalar el relato del joven denunciante, del que aseguraron que ofreció poca colaboración durante la investigación. Una de las policías, en su momento integrante de la Udev, dijo que la violencia empleada por estos dos acusados "no era normal en Gijón, por eso siempre sospechamos que era gente de fuera". "La gente con la que se juntó era peligrosa", expuso la agente.

Multado por la Policía

Más reticente se mostró la abogada defensora de los dos implicados, que niegan todos los cargos salvo el tráfico de drogas (el portugués pactó un año y cinco meses de cárcel y el pago de 10.000 euros por ese delito) y el de lesiones leves (el marroquí aceptó por eso multa de 5.400 euros). "Hay demasiadas incongruencias e imprecisiones para demostrar los delitos más graves", expuso la letrada. Uno de los puntos en los que incidió fue que durante el trayecto hasta Olloniego les paró la Policía por saltarse el toque de queda. Pidieron documentación a los cinco ocupantes del vehículo. De hecho, por faltas de respeto a los agentes sancionaron a dos de ellos. Uno era la víctima. "¿Por qué en lugar de pedir ayuda optó por increpar a la Policía? Pues porque no estaba asustado", reflexionó la letrada.

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