Jove empleará inteligencia artificial para detectar riesgo de infarto en mamografías

Un estudio del hospital descubre que las radiografías del pecho muestran calcificaciones de arterias: "Puede ayudar a millones de personas"

Hospital de Jove. | Ángel González

Hospital de Jove. | Ángel González / S. F. Lombardía

Analizar mamografías de mujeres asturianas con un programa de inteligencia artificial para detectar calificaciones arteriales que sirvan como "pista" para detectar a tiempo riesgos de infartos, derrames y arritmias. Este es el nuevo reto al que se ha lanzado el Hospital de Jove, a través de su unidad de investigación, liderada por el doctor Francisco Vizoso, y en alianza con la Universidad de Oviedo. El proyecto surge tras la reciente publicación de un estudio de Jove en el que se demuestra, tras analizar mamografías de pacientes gijonesas de los últimos 23 años, que aquellas que presentaban estas calcificaciones acabaron presentando problemas cardiovasculares en un porcentaje mucho más elevado de lo habitual. El plan ya ha comenzado con el entrenamiento de un equipo de médicos jóvenes que se encargarán de revisar las mamografías. "El potencial de esta herramienta podría ser inmenso. La inteligencia artificial podría analizar en horas las mamografías de todas las asturianas realizadas en los últimos 20 años", aplaude Vizoso.

El proyecto busca dar con nuevas maneras de detectar un tipo de patologías de incidencia muy alta en pacientes mujeres de mediana y avanzada edad. "Hoy en día la causa más importancia de mortalidad es la cardiovascular. Y en las mujeres, a partir de la menopausia, esto tiene una virulencia tremenda. La insuficiencia cardiaca, el derrame cerebral o el infarto surgen más cuando a la mujer se le va ese halo protector de las hormonas", razona el investigador, que explica que por ahora las medidas preventivas son las ya conocidas: cuidar la tensión, no fumar, llevar un estilo de vida y dieta saludables para no deteriorar las arterias y hacer deporte. "Hacía falta dar con otras medidas preventivas que nos orientasen a ver qué mujeres pueden tener ese riesgo cardiovascular, y en Jove hemos sido unos de los pioneros a nivel mundial en este aspecto: empezamos analizar mamografías hace 23 años", ahonda el investigador. "Y ya entonces vimos que se detectaban pequeñas arterias en la imagen con una nitidez suficiente como para ver si había calcio acumulado en las paredes", añade Vizoso. Su equipo fue el primero en abordar este tema a nivel nacional y, ahora, ha podido hacer una primera gran revisión del trabajo que se inició entonces.

Los resultados de este informe, que acaba de ver la luz, son claros. Se analizaron las mamografías de 128 pacientes que sí presentaban calcificaciones y se compararon con otras tantas pacientes que no presentaban esta dolencia. "Y comprobamos que de las 28 que fallecieron (las que sí presentaban calcificaciones en su mamografía), el 42 por ciento lo hicieron por una enfermedad cardiovascular. Del grupo de control solo fallecieron por esta causa un 3 por ciento de las pacientes. La diferencia es brutal", resume el médico, que explica que las pacientes con estas calcificaciones arteriales tienen más riesgo de padecer patologías como hipertensión arterial, diabetes, anginas de pecho e infartos.

Recuerda Vizoso que las mamografías son una prueba rutinaria para mujeres de entre 45 y 50 años, por lo que el censo a nivel regional puede ser ya "muy completo". Por eso, el siguiente paso ha sido aliarse con la Universidad de Oviedo y con Antonio Bahamonde, catedrático del área de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, que se suma al proyecto para crear un programa que automatice con la inteligencia artificial la búsqueda de estas calcificaciones. El volumen de mamografías que se analizará dependerá del número de mujeres que autoricen que se acceda a sus fichas médicas, pero para Vizoso el desarrollo de este programa ya dejará una primera hoja de ruta para agilizar el proceso diagnóstico. Esperan reunir al menos a "varios cientos" de pacientes. El plan ya cuenta con la aprobación del comité de ética regional. "Para nosotros este estudio ha sido muy especial porque nos abre una vía para ayudar a millones de personas en todo el mundo", aplaude el investigador.

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