Baldornón tributa a Ucrania

Los vecinos homenajean a las dos mujeres que llegaron hace un año tras huir de la guerra

Vecinos de Baldornón, con Anna y Oksana, delante de Casa Rubiera. | Juan Plaza

Vecinos de Baldornón, con Anna y Oksana, delante de Casa Rubiera. | Juan Plaza

Los vecinos de Baldornón se fueron ayer de homenaje a Casa Rubiera. Nada raro si no fuera que las homenajeadas eran las propias chigreras del bar del pueblo y que esas chigreras son Anna Nepriakhina y Oksana Ustymenko, dos mujeres ucranianas a las que la guerra cambió la vida y encontraron un nuevo hogar en marzo del año pasado en la parroquia gijonesa. Un año de tranquilidad junto a sus hijos, Matvii y Kira, pero muy lejos de los suyos. Y un año con la mirada puesta en esa Ucrania donde sigue la guerra.

Así que los vecinos de Baldornón –se reunieron un centenar– se encargaron de llevar la comida para organizarles una merienda en este feliz, y al tiempo doloroso, primer año de relación. Hubo una sesión de fotos de los vivido juntos este años y una velas para pedir la paz en Ucrania. Y como tanto les gusto a Anna y Oksana que hace un año las recibieran con mimosas floridas como el amarillo de su bandera ayer volvieron verse mimosas. Las dos madres ucranianas han ayudado a revitalizar la parroquia al reabrir la popular Casa Rubiera, el motor social de la parroquia.