Los expertos del Oceanográfico de Gijón viajan a la Antártida por la esencia del fitoplancton

Pretenden conocer en qué condiciones escasea este organismo en los océanos

Paisaje del «Campbell Plateau», donde se realizó el muestreo. | Xander y Helen Bostock

Paisaje del «Campbell Plateau», donde se realizó el muestreo. | Xander y Helen Bostock / G. Cuesta

Es diminuto, pero fundamental para la vida en los océanos. El fitoplancton, esos organismos que viven dispersos en el agua, cumplen una función fundamental: la de ser sustento de alimentación básico para los peces como primer eslabón de la cadena trófica. Su carencia en algunas grandes extensiones oceánicas supone un riesgo para la biodiversidad. Sobre el motivo de su ausencia en ciertas aguas como las del océano Austral, en la Antártida, la mayor área del planeta con esta problemática, acaba de arrojar luz un estudio liderado por investigadores del Centro Oceanográfico de Gijón, perteneciente al Instituto Español de Oceanografía. El análisis es claro: la presencia de hierro estimula de forma considerable su crecimiento. "Esta investigación es de gran relevancia científica; las condiciones en estas zonas de baja productividad por hierro son características del 25% del océano mundial y comprenden un componente importante de su funcionamiento", destaca Andrés Gutiérrez-Rodríguez, primer autor del estudio.

Viaje a la esencia del fitoplancton

Andrés Gutiérrez-Rodríguez, junto a una roseta de toma de muestras. / Xander y Helen Bostock

El objetivo del estudio, llevado a cabo con su compañero Mikel Latasa, es analizar las tasas de crecimiento y depredación de grupos específicos de fitoplancton bajo diferentes condiciones de fertilización de hierro. Para ello, un equipo científico internacional, a bordo del buque oceanográfico neozelandés "Tangaroa", hizo experimentos dentro y fuera del "Campbell Plateau", una elevación submarina del tamaño de Francia situada al sureste de Nueva Zelanda, donde hay un aporte de hierro superior a sus alrededores.

La investigación reveló que, en las condiciones de limitación de hierro fuera del "Campbell Plateau", el crecimiento y la depredación de todos los grupos de fitoplancton estaban estrechamente equilibrados. Una balanza que se alteró en el interior de la elevación submarina, donde existe un aporte de hierro superior. Allí, las diatomeas del fitoplancton y las algas verdes experimentaron un crecimiento preferencial que superó las tasas de mortalidad por depredación. A estas conclusiones llegaron después de analizar diversas muestras de agua tomadas a diferentes profundidades. Son unos datos que contribuyen a entender cómo se regula la productividad de estos organismos. "Comprender los mecanismos que rigen la producción fitoplanctónica y su destino en estas regiones es esencial para abordar los desafíos relacionados con el papel de los océanos en el funcionamiento de la biosfera y su respuesta al cambio climático", concluye Gutiérrez-Rodríguez.

Destaca que, además de las diatomeas, "otros grupos de fitoplancton pequeño representados principalmente por las algas verdes, también pueden escapar al control del microzooplancton y contribuir a la formación de floraciones de fitoplancton cuando las condiciones de baja productividad se alivian en el océano Austral".

Las zonas de extensiones oceánicas con una presencia baja de fitoplancton se encuentran principalmente en el Pacífico ecuatorial y sub-Ártico y en el océano Austral. Fue un misterio el por qué durante décadas, hasta que en los años noventa del siglo pasado una serie de experimentos "in situ" mostraron que la falta de hierro era la causa de su baja producción. Este nuevo trabajo es fruto de una colaboración internacional en la que participan centros de investigación y universidades de Nueva Zelanda, Estados Unidos, España, Singapur y Austria.

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