Aliviar las penas de la lotería de Navidad con croquetas: sorprendente iniciativa en Gijón

Un establecimiento cambia décimos no premiados por el clásico bocado de bechamel: "Así quitamos el mal sabor de boca"

Conrado Álvarez coge varios décimos no premiados a Pablo Pezón a cambio de croquetas, ayer, en su establecimiento de Gijón. | Juan Plaza

Conrado Álvarez coge varios décimos no premiados a Pablo Pezón a cambio de croquetas, ayer, en su establecimiento de Gijón. | Juan Plaza / Pablo Palomo

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Con los décimos del sorteo de la Lotería de Navidad cogidos en la mano como si fueran cartas de las que descartarse, llegaron ayer a Contrueces Lesly Simba, Pablo Pezón y Némesis Alonso. A estos tres jóvenes, los niños de San Ildefonso no les cantaron ni un solo premio y ni un solo euro, ni siquiera lo jugado les tocó en el sorteo, y sin embargo, ayer sí que tuvieron premio. Un generoso táper lleno de ricas croquetas recién hechas. Escenas como estas se vivieron ayer durante toda la mañana en la tienda de comida a domicilio "Como en Casa". Este local, regentado por Fernando Trabanco y Conrado Álvarez, se ha puesto de moda en Contrueces y en media España por tener la idea más original de toda la Navidad. Cambiar cada décimo no premiado por una croqueta de jamón o bacalao. "Así quitamos el mal sabor de boca a nuestros clientes", cuentan.

A la puerta de la tienda hubo colas. Y no solo por el olor a pote recién hecho (que también). Lesly Simba, Pablo Pezón y Némesis Alonso llegaron con cerca de una docena de boletos. "Y algunos que nos dejamos por casa", rieron. "La idea es estupenda y favorece el comercio de la zona", añadieron antes de llevarse una buena ración de croquetas y, de paso, alguna que otra de pote. La idea de las croquetas se le ocurrió a los propietarios del negocio. "Lo pensamos un día hablando entre todos pensando en los décimos, en la rabia que da que no toque nada y que tengas que tirarlu", dice Álvarez. "Esta es una forma de compensar a los clientes esa frustración de que no toque ni siquiera lo jugado", añade. "Pensamos, a ver, qué podemos canjear nosotros por cada décimo. Dar pote de berzas iba a ser complicado y también era difícil dar un pollo, así que dijimos pues croquetas", cuenta.

Y dicho y hecho. La ocurrencia, desde luego, fue un éxito porque ayer pasado el medio día Trabanco y Álvarez ya tenían más décimos no premiados en su poder que cualquier administración de lotería en varios metros a la redonda. "Se nota que la gente ya fue a la administración. Tuvimos un poco de avalancha", añade Álvarez. La cola de las croquetas dio para anécdotas de todo tipo. Los hubo que fueron con una carretada de décimos y otras que fueron con cantidades más modestas. De estas segundas fue Lara Álvarez, una joven que solo jugó un décimo en el sorteo. "La idea es muy original", dice la chica, justo antes de pegarle un bocado a su premio de consolación. Belén Fernández y Amada Carballo, dos señoras, fueron con cinco décimos. "A mí la verdad que las croquetas no me gustan mucho, pero a mi nieto le encantan y así no se las tengo que preparar yo", decía la segunda de estas señoras, también con una sonrisa de oreja a oreja. La promoción dura hasta el 28 de diciembre, tiempo de sobra para recopilar los décimos no premiados. Y es que las penas con croquetas, son menos penas.

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