La regasificadora necesita "más apoyo", coinciden gobierno local y Cámara

"La regasificadora puede ser una instalación estratégica. Pero para ello se debe apostar por ella". Agentes económicos y sociales de Gijón coinciden en destacar la relevancia a nivel nacional que puede llegar a tener la planta de El Musel si se le otorga un mayor peso dentro de la red energética nacional. Por ello, piden a las instituciones competentes que redoblen esfuerzos a fin de lograr relanzar una planta que, tal y como publicó ayer LA NUEVA ESPAÑA, no ha exportado ni un solo barco de metano a Europa desde su entrada en servicio, hace ahora medio año.

El apoyo al proyecto desde el gobierno local gijonés es claro. "Confiamos en que pueda entra pronto en plena funcionalidad. Es una infraestructura que ya está hecha, clave de cara al mix energético y la descarbonización del Principado", destaca el portavoz de Foro, Jesús Martínez Salvador, que apostilla: "Lo lógico es apostar por ella".

En el PP, compañeros de gobierno de Foro en Gijón, comparten visión. "Las últimas crisis han reforzado la regasificadora como una infraestructura fundamental para garantizar la autonomía energética, pero solo conseguiremos la plena operatividad de la misma con la conexión de la planta a la red gasística nacional. Seguimos a la espera de que Enagás complete su plan para la regasificadora", afirma la portavoz municipal y vicealcaldesa, Ángela Pumariega.

En el principal partido de la oposición, el PSOE, restan importancia a la nula actividad exportadora que ha tenido la regasificadora en estos meses y le auguran un futuro prometedor. "Está llamada a tener un papel importante en la transición energética, su apertura hace apenas seis meses es una buena noticia y es muy pronto para evaluar su rendimiento e importancia estratégica", sostiene Luis Manuel Flórez, "Floro".

Más crítica se muestra la edil de Vox, Sara Álvarez Rouco, quien ve cierta opacidad en la gestión hecha de la regasificadora. "La planta de El Musel es una inversión demasiado elevada como para desaprovecharla por causas poco claras. Este 2024 debe marcar el inicio de la actividad a ciclo completo de la regasificadora o su descalificación definitiva, si es que no cumple con los criterios de seguridad requeridos", asevera la edil y diputada regional con firmeza: "Lo que es inaceptable es que se mantenga permanentemente esta situación después de que se publicitase a bombo y platillo el gran potencial de esta planta".

Podemos muestra una postura más disonante, con preocupación por los perjuicios medioambientales que pueda ocasionar la instalación. "Tenemos en Gijón una regasificadora sin autorización ambiental con el argumento de que se necesitaba para exportar gas debido a la guerra de Ucrania y, sin embargo, se demuestra que esto era tan solo una excusa. Esta instalación es un peligro para la población y no reporta ningún beneficio en la factura de la luz a los ciudadanos", señala la edil Olaya Suárez, que concluye: "Esta planta nunca debió abrirse, como denunciamos desde el principio del proyecto". Este periódico trató de contactar también con el grupo municipal de IU, sin obtener respuesta.

Argumentos muy similares a los que hace suyos Manuel Cañete, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos: "Hasta la fecha, todo lo que está sucediendo viene a dar la razón a quienes se opusieron a dicha instalación y a los miles de vecinos cercanos que tienen bombas de relojería a escasos metros de sus viviendas. La ilegalidad en la que se encuentra esta instalación y la ausencia de planes de emergencia en la ciudad parecen no preocupar a nadie".

"Todos deberían apoyar"

Para Félix Baragaño, presidente de la Cámara de Comercio de Gijón, apostar por exprimir las potencialidades de la instalación es fundamental. "Más allá de este momento coyuntural, lo realmente importante es que la planta regasificadora pueda entrar en funcionamiento cuanto antes con toda su potencialidad, lo que equivale a decir que no sea una instalación de almacenamiento, sino que regasifique aportando también a la red nacional", sostiene, al tiempo que argumenta que las instalaciones de El Musel están llamadas a ser "un elemento de dinamización económica dentro del sistema energético nacional y para El Musel de primer orden": "Solo por eso debería contar con el apoyo y colaboración de todos los agentes sociales y económicos".

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