La subasta de pescado cayó un 17,47% en 2023 en la Lonja de Gijón al entrar menos bocarte

La rula cerró el año con 7,04 millones de kilos, con incrementos en las ventas de bonito y xarda y descenso de 1,52 millones en las de anchoa

Bocarte para ser subastado en la lonja de El Musel, el pasado mes de mayo. | Ángel González

Bocarte para ser subastado en la lonja de El Musel, el pasado mes de mayo. | Ángel González / M. C.

M. C.

La lonja de El Musel subastó 7,04 millones de kilos de pescado y marisco en 2023, con una facturación de 16,53 millones de euros. No es un mal resultado para la rula gijonesa si se tiene en cuenta que en la década pasada no alcanzó en ningún año los seis millones de kilos subastados (con varios años en los que no llegaron ni a 4 millones). Aun así, el año recién acabado ha supuesto un retroceso del 17,47% en kilos rulados respecto a 2022. La distancia es aún mayor si se tiene en cuenta la facturación, con un descenso del 28,44%. En ambos casos, el factor determinante ha sido el descenso a casi la mitad del bocarte que pasó por la cancha de El Musel y con un precio casi una cuarta parte inferior al del año precedente, esto último debido al menor tamaño, de media, del pescado capturado.

Las subastas de bocarte en la lonja gijonesa se han convertido en los últimos años en una de sus primeras campañas, llegando en varios de ellos a superar en facturación a la costera del bonito, que tradicionalmente venía siendo el principal activo de Lonja Gijón Musel. Sin embargo, en estos años ha habido diferencias notables en las entradas de pesqueros a El Musel para subastar anchoa.

El motivo es que los pescadores acuden a descargar a los puertos más cercanos para poder echarse a la mar de nuevo lo antes posible. Los principales compradores del bocarte son las compañías conserveras, que se desplazan hasta los puertos en los que se van a producir las descargas. La coincidencia en 2021 de la pesquería en el Cantábrico a la altura de Gijón durante muchas jornadas llevó a que ese año se llegaran a subastar 7,43 millones de kilos de bocarte. Otros años las ventas estuvieron muy por debajo, con menos jornadas de concentración de cardúmenes frente a las costas asturianas.

El año pasado, las subastas de bocarte en El Musel alcanzaron los 1.615.000 kilos –el 48% menos que en 2022–, con una facturación de 3,70 millones de euros. Otra de las costeras importantes, la del bonito, se saldó con 1,59 millones de kilos, un aumento de casi un 13%, que supusieron una facturación de 6,15 millones de euros. Una facturación inferior a la de 2022 a pesar de que el año pasado en Gijón se obtuvieron los mejores precios medios de las lonjas del entorno.

La costera de la xarda se saldó con un aumento del 17% en las descargas en El Musel hasta totalizar 1,85 millones de kilos con una facturación de 2,35 millones de euros, aunque también con precios medios más bajos que en 2022.

Para la comparación en detalle con ese año hay que tener en cuenta que 2022 se cerró con 8,53 millones de kilos subastados en la lonja gijonesa con una facturación global de 23,10 millones de euros. De estas cantidades, 3,13 millones de kilos fueron de bocarte rulados en 9,45; 1,41 millones de kilos de bonito con una facturación de 6,23 millones de euros y de xarda se vendieron 1,58 millones de kilos con una facturación de 2,86 millones de euros.

Si nos remontamos más atrás, 2021 se cerró 14,90 millones de kilos con una facturación de 27,74 millones de euros. Ese año hubo casi 7,43 millones de kilos de bocarte que supusieron el 55,50% de la facturación total de la lonja; 15,40 millones de euros. El año 2020 concluyó con 9,09 millones de kilos con una facturación de 14,70 millones de euros. De bocarte fueron 4,04 millones de kilos y 5,79 millones de euros. En 2019, por su parte, se subastaron en total 4,94 millones de kilos, con una facturación de 10,80 millones de euros. De ellos, 0,90 millones de kilos y 1,88 millones de euros de bocarte. Las cifras de 2018 fueron 5,06 millones de kilos, con una facturación de 10,24 millones de euros. Los 0,88 millones de kilos de bocarte dejaron ese año 2,16 millones de euros.

Desde el año 2010 sólo hubo otra campaña en la que hubo grandes descargas de bocarte, la de 2015, con de los que 1,51 millones de kilos de esta especie que supusieron 5,36 millones de euros en un año que las ventas totales de la lonja alcanzaron 5,55 millones de kilos con 13,06 millones de facturación.

Por otra parte, el año fiscal de Lonja Gijón no coincide con el natural, sino que sus ejercicios van del 1 de octubre al 30 de septiembre del año siguiente. Teniendo en cuenta ese periodo, el último año fiscal lo cerró Lonja Gijón con 7,35 millones de kilos rulados y 17,18 millones de facturación, de los que 6,40 los aportaron los 1,69 millones de kilos de la costera del bonito (incluyendo el subastado en octubre de 2022 y la bonita).

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