Un laboratorio en la orilla del mar: "Se aprende más que en clase"

Alumnado de FP del IES Número 1 toma muestras del agua para el control ambiental de las playas de la mano del Oceanográfico

"Esto es una maravilla", afirmaba ayer Jimena León, alumna del ciclo formativo de Química y Salud Ambiental del IES Número 1, tras tomar una muestra de agua en la orilla de la playa de Poniente. Una tarea enmarcada en el proyecto de seguimiento y control medioambiental de las aguas marinas en el que está inmerso el centro gijonés en colaboración con el Instituto Nacional de Oceanografía. El Principado de Asturias cooperará como asesor en el desarrollo de los análisis mediante el Laboratorio de Salud Pública.

Alejandro Martínez se mostraba confiado con los resultados. "El agua en Gijón, en principio, es bastante limpia. Esperamos encontrar niveles óptimos", aseguró. Los estudiantes utilizan instrumental especializado para almacenar pequeñas dosis de agua. Un bote se destina para analizar la parte microbiológica y otro, para el plancton. En la tapa se apunta el lugar de muestreo para tenerlo todo bien atado. Y también se anota, con una sonda, la temperatura. "Nos tocó la lotería, este proyecto nos viene genial", indicó Pelayo Rodríguez, encantado de realizar este "trabajo de campo". "Se aprende más aquí que en clase", remarcó Jimena León.

José Manuel Álvarez, profesor de Química y Salud Ambiental del IES Número 1, es el coordinador de la iniciativa, con la que el alumnado participante hace "toda la trazabilidad de lo que supone analizar la muestra". Son 25 los estudiantes del citado ciclo formativo los implicados, mientras que hay medio centenar del ciclo de Sistemas Informáticos en Red que se encarga de otra faceta. "Harán una web y una aplicación donde se puedan consultar los datos y hacer un control del estado medioambiental de las masas de agua", explicó José Manuel Álvarez. Los registros "in situ" se llevarán a cabo semanalmente en la playa del Arbeyal y de manera quincenal en San Lorenzo y Poniente. Hay dos puntos de muestreo en cada arenal.

La segunda fase llega en el laboratorio del instituto, donde los distintos grupos de trabajo analizan lo recogido con varios filtros y, además, se hace un recuento de las bacterias fecales presentes en las aguas marinas. Con los resultados y parámetros físicos y químicos obtenidos se desarrollará la mencionada web para exponer los datos. Ya en febrero, un grupo de alumnos acudirá al Centro Oceanográfico de Gijón para "manejar los equipos más sofisticados" y, así, analizar la biomasa de plancton, como aseveró José Manuel Álvarez.

Para el docente, este proyecto es una gran oportunidad para formarse. "Los alumnos salen de la clase convencional", resaltó Álvarez. Aunque llueva, el plan sigue adelante. "Hay que cumplir con los objetivos", subrayó José Manuel Álvarez, que incidió en los beneficios de los estudiantes, que trabajarán en "un entorno real, como el Oceanográfico, con investigadores y técnicos". Durante las visitas a la playa, cada detalle es valioso. "Tomamos nota de si hay manchas en la playa, espumas, si la arena está sucia o limpia, si hay algas...", sostuvo José Manuel Álvarez. Ayer, los alumnos recogieron incluso un puñado de pellets antes de adentrarse en el mar para tomar las muestras. "Somos muy afortunados", destacó Pelayo Rodríguez. Quedan meses por delante para que el IES Número 1 se siga mojando por la salud medioambiental de las aguas gijonesas.

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