Gijón celebra por todo lo alto el Jueves de Comadres para prender el Antroxu: "Es un día de amistad y sororidad en estado puro"

La Tertulia Feminista entrega su galardón a Mónica Alario, arropada por 200 asistentes

Que el Antroxu no arranca sin el Jueves de Comadres es una lección que Gijón tiene más que aprendida. Numerosos grupos de mujeres se echaron a las calles ayer para vivir una noche de confraternización, risas y también reivindicación. Familiares, amigas o vecinas, lo primordial era disfrutar en compañía. La Tertulia Feminista Les Comadres celebró su multitudinaria fiesta en La Buena Vida con cerca de 200 asistentes._«Es un día de amistad, sororidad en estado puro y reconocimiento», aseguró Begoña Piñero, presidenta del colectivo.

Ese reconocimiento lo representaba la licenciada en Filosofía y doctora en Estudios Interdisciplinares de Género Mónica Alario, ganadora del premio «Comadre de Oro», abrumada por el ambiente y emocionada. «Es una barbaridad ver la sala tan llena, cada vez que miro a un lado veo mujeres que me sonríen», afirmó Alario, que recibió el galardón de manos de la vencedora de 2023, Patricia Sornosa. «Es una noche para reivindicar la fuerza de las mujeres y de su lucha», subrayó. La sorpresa llegó cuando aparecieron la sardina «Turbulencia Marina de las Isobaras Relente» y el incombustible «Mateo SAT». Si Mónica Alario se llevó los vítores de La Buena Vida, las pullitas fueron a parar a Luis Rubiales, el «Felpeyu», y a Pablo Motos, nombrado el «Babayu» de este año.

Las comadres también atiborraron bares y restaurantes para regocijo de muchos hosteleros. Si en una mesa el motivo de unión era la afición por las caminatas, en otra la razón de la amistad de las comensales era compartir el día a día en un curso de cestería. Una jornada para estrechar lazos.

En el barrio de Pescadores son más «caseras». La tradición de juntarse en la sede vecinal para confraternizar está más vigente que nunca. Medio centenar de mujeres comadrearon y degustaron un menú que nada tenía que envidiar al del mejor restaurante, con tortilla, mejillones, callos, gambas a la gabardina, cabracho, queso y jamón. Ahí es nada. De postre, cómo no, picatostes, frixuelos y casadielles. Son las propias vecinas las que prepararon las «delicatessen». Por la mañana, el olor a comida ya impregnaba el local de la asociación Virgen de la Soledad. Asun Merino agarraba con cuidado la olla de callos. «¡Cómo quema!», decía. Rita Rendueles, líder vecinal de Pescadores, estaba al pie del cañón. La noche no iba solo de cenar, sino que la música y el jolgorio estaban asegurados con la actuación de «Christian Vibe».

«Bailamos y nos disfrazamos», apuntó Rendueles, para la que el Jueves de Comadres es un día marcado en el calendario. «Es la armonía entre las mujeres, que ya estamos unidas pero esto es algo muy tradicional», señaló Rendueles, que resoplaba al intentar recordar desde cuándo está instaurada la costumbre de festejar las Comadres en el seno vecinal. Y no hay intención de parar. «Eso esperamos, hay gente joven que ya se va integrando», afirmó.

Ayer no solo estaba presente Pescadores en la celebración. También gente de Portuarios, La Calzada y otras zonas del oeste gijonés para compartir un momento de charla, risas y, en definitiva, mucha diversión. En La Providencia tampoco se quedaron atrás, ya que fueron 45 las mujeres que se reunieron para comadrear y hacer barrio al mismo tiempo. Quedarse en casa no fue opción ayer en Gijón.

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Pasacalles en la zona oeste. A las 17.00 horas, partirá del colegio de Jove un pasacalles en el que participan entidades educativas y sociales de la zona oeste de la ciudad. Organiza la plataforma Creando Comunidad. El recorrido terminará en el colegio Eduardo Martínez Torner, donde se leerá el pregón hacia las 18.00 horas.

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