Premio nacional para un proyecto sanitario gijonés: un cubo que "mide" emociones

El dispositivo, en fase de desarrollo, comparte en tiempo real el grado de malestar del paciente

María González y Esteban Gómez, presidente del Colegio de Enfermería de Asturias, con el premio.

María González y Esteban Gómez, presidente del Colegio de Enfermería de Asturias, con el premio. / S. F. Lombardía

La enfermera gijonesa María González acaba de ganar un importante premio investigativo, otorgado por el Consejo General de Enfermería, cuya dotación económica permitirá poner en marcha un prototipo que ha desarrollado con la Universidad de Oviedo: un cubo electrónico que "mide" las emociones de los pacientes. El dispositivo toma como base, y mezcla, dos herramientas ya habituales en el entorno sanitario: las escalas de colores o emoticonos para facilitar que el paciente exprese su grado de malestar y las aplicaciones online para que el enfermo registre su propia evolución. "Los pacientes no siempre son capaces de comunicarnos cómo se encuentran y este dispositivo permite tener esa información en tiempo real", señala la investigadora, docente de la Facultad de Enfermería de Gijón.

El cubo mide en sus seis caras una escala de malestar del 0 al 5. Y lo hace con rostros y colores. El grado 0, que indica un malestar nulo, tiene un emoticono sonriente en verde oscuro. El grado 5, la peor emoción, luce un rostro lloroso sobre un fondo en rojo. El dispositivo, conectado a la nube, envía al sanitario una actualización cada vez que el paciente cambia su cubo de posición, colocando en la cara posterior la emoción que más le representa en cada momento. "Esa información se transmite de manera inmediata, y eso no es útil tanto en un ámbito hospitalario como en el domicilio", razona González, que explica que en pacientes dados de alta y en sus casas es habitual que, cuando les toca revisión, no recuerden cómo se han ido encontrando en las semanas previas. En el caso de enfermos hospitalizados, los problemas de comunicación son también habituales, ya sea por miedo a "quejarse" ante los profesionales o por encontrarse desorientados. "Nos sería útil si, al inicio de una ronda por tu planta, pudieses ver qué pacientes han pasado una peor noche", ejemplifica la enfermera.

Premio nacional para un proyecto sanitario gijonés: un cubo que "mide" emociones

El dispositivo. / LNE

Los beneficios potenciales de este cubo son más evidentes en casos de pacientes vulnerables, como niños del espectro autista, pacientes con demencias y enfermos intubados o recuperándose de una afasia que les impide hablar con soltura. Gracias a este premio, el proyecto –que surge en colaboración con la Cátedra MediaLab– se dota ahora con 10.000 euros y puede pasar de la teoría a la práctica. Los investigadores –un equipo de sanitarios e ingenieros– buscan un centro sanitario que les permita probar su dispositivo y esperan poder hacerlo dentro del territorio asturiano. Tienen dos años para ejecutar esa financiación.

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