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Cosmética y lo que de verdad importa

El reclamo de productos sin químicos es uno de los conceptos erróneos más extendidos en cosmética, lo mismo que el tema del "hipoalergénico"

Estela Belleza

Estela Belleza / LNE

María Estela de Abajo

Me resulta muy curioso observar cómo muchas veces nos preocupamos o damos excesiva importancia a cuestiones absurdas y, sin embargo, no nos planteamos ni cuestionamos otros asuntos verdaderamente importantes.

Lo mismo pasa en el mundo belleza, y en la cosmética, y de eso precisamente es de lo que quiero hablar hoy, de alguna de esas preocupaciones absurdas, sin ánimo de ofender a quienes las tengan, sino con el objetivo siempre de aportar belleza con cabeza. Y de cosas importantes. Una de ellas es el reclamo o la búsqueda de productos sin químicos. Es bastante habitual, y todavía a día de hoy llega alguna persona a mi centro pidiéndolo. Sin duda este es uno de los conceptos erróneos más extendidos en cosmética. Todo en esta vida es química. Una vez leí que el laboratorio más grande que conocemos es la naturaleza, y me gustó lo que eso significa. Por eso, aunque los cosméticos contengan ingredientes de origen natural o sintético, siempre estarán compuestos por químicos. Fin de la conversación.

Lo que está claro, es que una de las ventajas de obtener ingredientes por síntesis química, es decir, de fabricarlos, es que obtenemos unas purezas muy elevadas, y con ello se elimina al máximo lo que no nos interesa. Si el objetivo es pureza, seguridad… así sería mayor. Resulta curioso. Personalmente no me importa que alguien compre cosmética natural o convencional, pero que sea por gusto o preferencia personal, y no por miedos infundados. Y que sepamos reconocer que es absurdo leer en un cosmético las palabras "sin químicos".

Otro reclamo un tanto absurdo, es el tema del "hipoalergénico". Se usa solamente para aquellos productos que han sido formulados específicamente para minimizar el riesgo de alergias, en base a una serie de directrices. Pero cada persona y cada piel es un mundo, y puede presentar alergias a cualquier ingrediente. Puede ocurrir que un ingrediente esté catalogado como hipoalergénico y para ti sea irritante o perjudicial. Así que no vale para mucho, porque da sensación de que el producto garantiza una ausencia total de riesgo, y no es así. Sólo hace falta imaginar un alimento etiquetado con "no produce alergias", porque no contenga huevo ni mariscos. ¿Y si yo soy alérgica al cacahuete? ¿O simplemente me sienta mal cualquier ingrediente a priori sin riesgo?

Y así podía seguir con muchas otras cosas. Sin embargo, hay temas serios que parece que nadie se plantea, quizá porque afecta a gran parte de la industria "beauty", y desmontaría muchos chiringuitos. Uno es el tipo de ingrediente. Ahora que el público final habla de ingredientes con la misma soltura que si fuera profesional, me da lástima contar que cuando un producto dice que contiene tal o cual cosa significa muy poco. Porque podemos leer en el listado de ingredientes de dos productos exactamente el mismo ingrediente y no tener absolutamente nada que ver el uno con el otro. Una misma materia prima existe en diferentes calidades, y, por tanto, con diferentes propiedades. Puede ser muy económica o de precio desorbitado. Y no hay forma de distinguirlo, salvo por precio, claro, porque cuando el coste del producto final es muy bajo, está claro que no va a contener ingredientes de precio alto. Ahora bien, el caso contrario sí puede darse, es decir, que un cosmético tenga precio medio-alto, y una calidad baja. Sí, es una pena. Los refranes populares suelen tener mucha razón: "Nadie da los duros a peseta".

Hay infinitas cuestiones más. Cuento una última hoy. Una cosa es el efecto que pueda tener un ingrediente, incluso aquellos con muchos estudios y una gran eficacia probada, y otra cosa es lo que el pobre puede hacer luego en la piel. Tiene que llegar allá donde queremos que haga el efecto buscado, en condiciones íntegras, sin deteriorarse al convivir con otros ingredientes, ni con los cambios de temperatura, sin alterar su pH, saliendo airoso a los sistemas defensivos que posee la piel… en fin, librar batallas que parecen de película de ciencia ficción. Afortunadamente es posible, por desgracia no siempre. Así que tan importantes son los ingredientes como la manera en la que se formulan, la forma de encapsulación, los sistemas de liberación… Un mundo apasionante en el que a día de hoy se necesita estar asesorado por un profesional. Sí o sí.

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