El enésimo varapalo a una infraestructura clave: Los barrios y parroquias afectados

Jove, un "paraíso" que no quiere más humos

Vecinos y comerciantes del barrio rechazan un vial en superficie al puerto: "Estamos dispuestos a llevar la lucha a Europa"

En mañanas de cielo despejado, desde el restaurante Les Cabañes hay unas vistas privilegiadas al valle de Aboño y parte del entorno de El Musel. Tanto, que Joaquín Castillo, histórico vecino de la parroquia, se ponía ayer un poco nostálgico. "Esto antes era un paraíso; la gente bajaba en lanchas y había unas dunas blancas increíbles", recordaba. Le pinchó la burbuja un sarcástico José Ramón Fernández Puerta. "Mira, allí te queda una", le dijo, señalando el montón de clínker de la cementera de Tudela Veguín. Ambos vecinos, vicepresidente y presidente, respectivamente, de la asociación vecinal de Jove, recorrieron ayer con LA NUEVA ESPAÑA algunos de los focos "críticos", en sus propias palabras, afectados por la contaminación, desde donde vecinos y comerciantes lanzan ahora su "no" rotundo a que la solución del vial de Jove se plantee en superficie: "Estamos dispuestos a llevar la lucha a Europa".

Isabel Iglesias es vecina de La Calzada y ayer paseaba a su perra por un entorno ajardinado cerca de la sede vecinal de Jove. "Esta zona es uno de los pocos desahogos que encuentro cerca para ver algo de verde", cuenta la gijonesa, que, siendo una joven veinteañera, se manifestó en los años 90 contra la polémica autovía con la que se quería atravesar el valle hasta El Musel. "Ver que ahora volvemos a lo mismo es propio de una película de Berlanga. Que nos planteen a estas alturas cambiar la contaminación de sitio es increíble. Quieren destrozar una zona preciosa de Gijón. Incluso por aquí hay ya días en donde notas que cuesta respirar", asegura.

Fernández Puerta y Castillo se citan en esta sede vecinal con José Luis Rodríguez Peón, vocal medioambiental de la asociación y portavoz de la Plataforma contra la Contaminación. Los tres, durante el recorrido, van apuntando con el dedo a todas partes: a varios edificios construidos en los años de la burbuja inmobiliaria y vendidos "a precio de oro" –recuerdan los carteles publicitarios de un "EcoJove" en ciernes, un futuro pulmón verde que jamás vieron–, a un chalé a medio construir cerca de Tírate al Matu que ahora chocaría de pleno con un vial en superficie y al campo de fútbol, que también choca sobre plano contra la infraestructura.

Desde la parte más baja del barrio, en la rotonda de El Arbeyal, los tres vecinos se encogen de hombros. "Uno de los problemas con el túnel parece ser cómo librar esas vías de tren", dice, señalando, Rodríguez Peón. "Son ingenieros, ¿no? Si hicieron un túnel (el metrotrén) agujereando media ciudad bien podrá hacerse aquí también", responde Fernández Puerta. En la parte más alta, en la Campa Torres, el presidente mira al puerto y sigue señalando: "Allí está la regasificadora con la que quisieron convencernos de que se estaba cayendo El Muselín. En aquel rincón irá la fábrica esa de pilas (el plan de Umicore) y en aquel otro, si Dios no lo remedia, la pirólisis, que nos sigue preocupando".

La comitiva, ya en descenso, hace parada en Les Cabañes. Su responsable, Falo González, enseña fotos de cómo amanece a veces su terraza, con polvo oscuro en las mesas. "Limpio a todas horas y, al menos una vez al mes, con una máquina industrial. Puedo sacar un caldero de porquería. Me ofrezco a llevárselo gratis a la puerta de la casa del responsable de todo esto", reprocha. Es González quien defiende que la lucha contra el vial en superficie llegue, si hace falta, a Europa. "Las leyes europeas impiden zonas de masificación industrial, y aquí tenemos a la puerta de casa a cuatro empresas grandes. Los carbones no tienen mamparas ni arboleda que nos separe, tampoco la cementera, y en días de viento todo eso se levanta y no puedes ni ver el valle", asegura. Desde el mirador de su local, mientras Castillo recuerda las dunas de arena, a los vecinos Yolanda Hevia y Álvaro Viesca también les entra la morriña. "Ya nos quitaron la playa y ahora nos vienen con esto. No se puede creer. Muchos todavía recordamos cómo era esto antes", lamenta ella. Entre los dos citan los rincones perdidos: la playa de la Casera, la del Tallerín, la del Señorito.

Los tres vecinos hacen una última parada en A Caldeira, el otro negocio mítico de la zona, que ahora regenta Lidia Campa. "Limpiamos todas las mañanas y, aun así, las bayetas acaban negras. Y eso que limpias es también lo que respiras", reprocha. A su juicio, un vial hasta El Musel en superficie "sumaría aún más problemas". "Sobre todo por el ruido, que también es contaminación, pero también por los tubos de escape", razona. Desde esta pulpería se ve la otra parte del trazado que haría el vial. Rodríguez Peón se imagina los carriles y niega con la cabeza. "Ahora que la gente pide que se estudie llevar el tráfico por Aboño, pienso en los vecinos de Carreño. No es justo; por su zona ya pasan cientos de camiones", explica. "La solución no la tenemos que dar nosotros, sino los que mandan. Que se pongan las pilas", apostilla Fernández Puerta.

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