La regasificadora de El Musel realizará ya la primera carga de un metanero: estas son todas las claves

Ocho meses y medio después de la activación de la planta gijonesa, se embarcarán 127.000 metros cúbicos que adquiere BP y se prevé un segundo embarque en mayo

Regasificadora de El Musel.

Regasificadora de El Musel. / Juan Plaza

M. C.

Ocho meses y medio después de su entrada en servicio como hub para el transbordo de gas natural licuado, la regasificadora de El Musel realizará el primer transbordo de 127.610 metros cúbicos de GNL mañana miércoles con un destino final fuera de Europa.

La escala para realizar este embarque de gas licuado prevista para mañana miércoles no es la única que se producirá a corto playo, ya que habrá otra en el mes de mayo. La de mañana la hará el buque "Attalos", que zarpará al día siguiente rumbo al puerto de Las Palmas de Gran Canaria el jueves. El barco se está dirigiendo hacia el puerto de El Musel desde el puerto lituano de Klaipeda. Según han confirmado fuentes conocedoras de la operación el comprador de este cargamento de GNL es la compañía energética British Petroleum (BP)

La regasificadora de El Musel recibió su primer buque, el "Cool Racer", el 1 de julio del año pasado para la puesta en frío de las instalaciones, ya que el gas natural licuado se almacena a 160 grados bajo cero en los tanques de la regasificadora, que es también la temperatura a la que se transporta en los barcos metaneros. La operación comercial de la planta comenzó a finales de ese mes, cuando Enagás puso la regasificadora de El Musel en manos de Endesa (filial de la compañía italiana Enel), al haberle adjudicado la capacidad de almacenamiento de la regasificadora de El Musel.

La planta salí así de la hibernación en la que había estado desde que se acabó de construir en 2012, tanto por decisión del Gobierno al considerar que era innecesario ponerla en servicio por la escasa ocupación del resto de las regasificadoras españolas, como por la sentencia judicial que anuló la autorización administrativa de la planta, lo que obligo a repetir toda la tramitación, incluyendo la ambiental.

Además de repetir la tramitación administrativa, Enagás también tuvo que obtener autorización de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para poner en servicio la planta, dado que, aunque su objetivo fundamental es el transbordo de gas natural licuado, también se vierte a la red nacional de gas el combustible que se descarga, dado que por motivos técnicos es necesario un mínimo nivel de regasificación para dar salida al gas licuado que se evapora en los tanques. La CNMC puso unos límites al nivel de regasificación de la planta, autorizando un régimen económico para la misma, teniendo en cuenta también que una parte del GNL que se descarga en El Musel se envía al mercado nacional a través de camiones cisterna especiales.

Aunque se puso un límite al nivel de regasificación de un máximo de 10.969 gigavatios hora al año, al preverse que el principal objeto de la planta de El Musel sería el transbordo de gas natural licuado, lo cierto es que hasta ahora la planta de El Musel sólo había hecho descargas de metaneros, sobre uno al mes, procedentes de Estados Unidos, con gas extraído mediante fracking.

Si el destino del barco que comenzará a cargar mañana es el anunciado en el Puerto, el cargamento previsiblemente tendrá como destino final un país de otro continente, al anunciarse que el buque se dirige hacia Las Palmas de Gran Canaria, punto habitual de aprovisionamiento de barcos. Los operadores comerciales de gas, no obstante, pueden hacer cambios de última hora con los cargamentos, como ya ocurrió con la primera descarga de GNL en El Musel en julio del año pasado, que acabó por hacerla un buque metanero distinto del que inicialmente había anunciado la compañía energética RWE, que optó por enviar a otro puerto europeo el barco que en un principio había previsto traer al puerto gijonés.

Entre los dos tanques de la regasificadora de El Musel suman una capacidad de almacenamiento de 300.000 metros cúbicos. La planta gijonesa, construida por Enagás, tiene ahora como propietaria a una empresa participada al 75% por este operador del sistema gasista español y al 25% por Reganosa, lo que permitió poner fin al contencioso que esta última había abierto contra la activación de la planta gijonesa.

La planta operatividad de la planta gijonesa, pasando a regasificar con normalidad, es algo a lo que se aspira desde ámbitos empresariales del Principado y también desde ámbitos políticos. No lo ven igual los vecinos de la zona oeste de Gijón, que la incluyen en sus quejas por el modelo industrial de esta zona, así como los ecologistas. De hecho, Ecologistas en Acción de Asturias ha interpuesto un recurso judicial contencioso-administrativo contra la autorización de la entrada en servicio de la planta de El Musel. Un recurso en el que también se había personado Endesa como parte interesada.

No ha trascendido si la carga con gas natural licuado del primer metanero es fruto de un contrato puntual o le seguirán otros.

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