Wolfram Alschner revive sus viajes con una muestra en El Coto

El artista alemán, afincado en Gijón, usa objetos cotidianos en sus creaciones: "La gente me dice que nunca ha visto algo parecido"

Wolfram Alscher, ante alguna de sus obras. | Juan Plaza

Wolfram Alscher, ante alguna de sus obras. | Juan Plaza

Resulta complicado imaginar la manera en la que un colador de pasta puede dar forma a las gradas de la plaza de toros de Málaga o cómo las corbatas utilizadas por una persona a lo largo de toda su trayectoria profesional se convierten en un reloj de pared. Sin embargo, estas son solo dos de las 45 obras de arte que forman la muestra "Árbol de continentes. Impresiones de viajes", del artista alemán Wolfram Alschner, que se puede contemplar hasta el 25 de junio en la sala de exposiciones del Centro Municipal Integrado (CMI) de El Coto. "En mis viajes encuentro cosas y ya sé lo que van a representar", explica Alschner, quien reside en Gijón desde el 2022 y que se ha jubilado después de trabajar durante décadas como ejecutivo en una compañía de producción de frenos para camiones, con sede en Múnich.

Una de las creaciones expuestas en el CMI de El Coto. | Juan Plaza

Una de las creaciones expuestas en el CMI de El Coto. / Juan Plaza

Alschner se mudó a Madrid en 2000. Desde su llegada a España, el artista teutón ya ha ofrecido sus obras en Toledo, en el Museo Picasso de Buitrago de Lozoya y en el barrio madrileño de Chamberí. Sin embargo, el impulso que determinó su pasión por la creación artística fue la exposición "La escultura de Picasso", que tuvo lugar en Berlín en 1983. "Me animó mucho, porque observé cómo se pueden hacer obras de arte con objetos cotidianos", cuenta Alschner. A raíz de su visita a aquella exposición, comenzó a aprovechar sus numerosos viajes para interpretar a través de la pintura y la escultura los elementos más representativos de cada país. "He visitado hasta 30 lugares cada año y he volado más de 30.000 kilómetros. Siempre ha sido una buena mezcla trabajar de forma seria y vivir mi creatividad en el tiempo de ocio para conseguir algo tan colorido".

A sus 65 años y ya retirado de su profesión, Alschner celebra poder exponer sus peculiares obras en la ciudad en la que reside y en la que cuenta con un taller donde guarda sus variadas 350 creaciones. Si bien, las que ha seleccionado para la muestra instalada en el CMI El Coto tienen en común la utilización de tablas de madera, de seis colores  (rojo, azul, verde, negro, blanco y amarillo) y de múltiples elementos de cocina, utensilios, ropa o herramientas. Muchas están dedicadas a distintos puntos de la geografía española. Por ejemplo, Alschner reproduce la captura de los atunes de la almadraba con jarrones de vidrio plateados y con la verja de un jardín. "Es excelente, porque la gente que entra me dice que nunca han visto algo parecido", dice el artista, que incluso se atreve a plasmar la figura de Don Quijote con un martillo ablandador de carne y una lámpara.

Quienes visitan la exposición pueden viajar más lejos, visualizar obras de arte que invitan a visitar países como Japón, México o Brasil. En este último caso, Wolfram Alschner combina varios ladrillos para simbolizar una favela de Río de Janeiro.

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