El falso marine de EE UU que estafó a una gijonesa: "Solo recibí 3.000 euros para comprar un coche"

El procesado, nigeriano, defendió que el dinero enviado por la afectada iba a la cuenta de la otra acusada

El falso marine, a la derecha, junto a la traductora, durante el juicio de esta mañana, con la otra acusada a la izquierda.

El falso marine, a la derecha, junto a la traductora, durante el juicio de esta mañana, con la otra acusada a la izquierda.

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Además de las transferencias, dinero en metálico. Este fue el relato de la víctima del falso marine americano investigado desde 2019 por replicar supuestamente este mismo “modus operandi” con diferentes mujeres por todo el territorio nacional. La afectada gijonesa, cuyo caso comenzó a juzgarse esta mañana en la sección octava de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Gijón, relató que hizo varias transferencias a un nigeriano que se hacía pasar por un militar de los Estados Unidos que precisaba ayuda económica para volver de Siria. Dos años de cárcel es lo que solicita de condena la Fiscalía para este individuo y otros tantos para su compañera sentimental, cómplice en los hechos a ojos a la acusación.

La gijonesa afectada prestó declaración esta mañana ante el tribunal, explicando que el acusado, de nacionalidad nigeriana, contactó con ella por WhatsApp, haciéndose pasar por Marine de los Estados Unidos destinado en Siria. Confesó que al principio solo habían hablado por redes sociales y por WhatsApp, pero que nunca llegó a verlo en persona. Según el relato de la denunciante, el falso marine le contó que estaba destinado en Siria, y que necesitaba dinero para enviar una maleta con sus pertenencias y con dinero para sus dos hijos que vivían en Estados Unidos. La necesidad de este dinero sería para salvar las aduanas para enviar dicho paquete hasta su hasta su destino final.

Pasado un tiempo, el acusado llegó a desplazarse a Gijón en dos ocasiones, siempre según el relato de la víctima, para pedirle más dinero. La mujer la mujer no percibió nada extraño en que este hombre se hubiera desplazado a Gijón, porque al llegar aquí se hizo pasar por otro militar de los Estados Unidos, en concreto por un subordinado del marine con el que había entablado relación, y le pidió un sobre con dinero en metálico que finalmente le dio. Ese sobre, explicó esta mañana la perjudicada, contenía 5.000 euros.

En el banquillo de los acusados en este caso, desvelado por LA NUEVA ESPAÑA, se encontraba el procesado, arropado por una intérprete. Defendió que él trabajaba en un invernadero como autónomo, y que el dinero que llegaba a la cuenta bancaria era de titularidad de la otra encausada, de nacionalidad rumana. De todo ese dinero enviado por la gijonesa (más de 20.000 euros), según el acusado, él solo percibió 3.000 euros “para comprarse un coche”. Por su parte, la otra mujer implicada en los hechos reconoció que el dinero efectivamente se ingresaba en una cuenta de titularidad, pero que llegaba porque el acusado nigeriano le decía que lo necesitaba para realizar a su vez otras transferencias a un amigo que se dedicaba a la construcción. 

Las claves

El caso. La investigación arrancó en 2019. Un nigeriano utilizaba un nombre americano para hacerse pasar por militar de Estados Unidos. De esta forma, contactaba por redes sociales con mujeres a las que pedía dinero. 

Los mensajes. El acusado, supuestamente, contactaba con su víctimas a través de la red social Facebook. Se ganaba su confianza, diciendo que estaba destinado en Siria, cuando no era así. Tras entablar una falsa relación sentimental, pedía dinero a la sus víctimas porque les hacía creer que lo necesitaba para solventar trámites burocráticos y así poder venir a España a vivir con ellas. 

Las víctimas. Hay varias mujeres afectadas por el tema. Al menos, una de ellas es de Gijón, de ahí que el caso haya llegado hasta la Audiencia Provincial. El investigado llegó a conseguir que esta mujer le enviara cerca de 20.000 euros, según la Fiscalía. 

Petición de libertad. El procesado se encuentra interno en una cárcel de Málaga, pero su domicilio habitual está en Almería. Hace unos meses solicitó su puesta en libertad hasta el juicio, pero se le denegó y hoy declaró custodiado por la Policía.