El Gijón de las oportunidades

La colaboración entre Administración y empresa privada es un modelo que estamos convencidos nos aportará muchos éxitos y avances para la ciudad

Ángela Pumariega Menéndez

Ángela Pumariega Menéndez

El mundo del periodismo y el de la política tienen, además de una relación diaria no exenta de complejidades, numerosos aspectos en común, como el de ser trabajos en los que cada jornada supone un reto diferente y en los que el día a día es tan absorbente que te deja pocos momentos para echar un vistazo en perspectiva a lo que ha sucedido en el pasado. Aniversarios como el de las tres décadas que cumple LA NUEVA ESPAÑA de Gijón suponen una de esas ocasiones en las que podemos detenernos a reflexionar sobre cómo ha evolucionado nuestra ciudad en tan extenso periodo y también, por qué no, sobre cómo nos gustaría que evolucionase en los treinta años siguientes.

Yo era una niña cuando inició su andadura este periódico y para mí el desarrollo de la ciudad ha corrido en paralelo al que lleva la vida de cualquier niño. Es el entorno en el que transcurre tu infancia, tu juventud, tus primeras experiencias profesionales y, en mi caso, tus inicios en política, actividad en la que apenas llevo cinco años escasos y en la que mi inicié por una razón fundamental: mi amor por Gijón. Un sentimiento que creo que comparto con el medio en el que escribo estas líneas.

El pasado verano tuve el privilegio de vivir como protagonista un hecho histórico para nuestro municipio, al encabezar la candidatura con la que el Partido Popular, por primera vez desde el inicio de la democracia, ha accedido al gobierno local de Gijón. Desde esta posición, inicialmente he vuelto mi mirada al pasado, para recordar a todos los compañeros de mi formación que pusieron su esfuerzo y su dedicación, superando las derrotas y los malos momentos, para hacer posible este logro, en especial a aquellos que nos dejaron sin poder ver cumplido su sueño. Pero inmediatamente hacia donde nos volvemos es hacia el futuro. Porque tenemos la posibilidad, como miembros del equipo de gobierno, de influir en el diseño de cómo será nuestra ciudad en los próximos años. De decidir sobre cuestiones que pueden ser recordadas como decisivas para la imagen y la evolución de la ciudad cuando este periódico vaya cumpliendo más décadas.

Y si tuviera que resumir en un titular cuál quiero que sea el recuerdo que deje nuestro paso por el gobierno local, quisiera que dijese que hemos construido el Gijón de las oportunidades. Porque nos hemos encontrado con un Gijón con perspectivas muy negras en aspectos tan relevantes como la tasa de actividad, el crecimiento económico, el envejecimiento de la población y la marcha de muchísimos jóvenes que deciden irse a buscar en otros lugares de España o del extranjero las oportunidades laborales que aquí no encuentran. Queremos revertir eso. Si no queremos correr el riesgo de que, cuando este medio de comunicación cumpla sus siguientes treinta años, Gijón se haya convertido en un inmenso geriátrico, hay que tomar desde ya mismo medidas que lo impidan.

Afortunadamente, creo que estamos a tiempo de hacerlo. Vivimos un momento clave para poner los cimientos del crecimiento de sectores económicos relevantes como el turismo, para poder desarrollar infraestructuras vitales para la ciudad y para hacerla atractiva para las empresas. Y si atraemos empresas que generen empleos de calidad, especialmente aquellos puestos que resulten más atractivos para la gente joven, estaremos garantizando un futuro prometedor tanto desde el punto de vista económico como demográfico.

El proyecto de un polo empresarial en los terrenos de los antiguos astilleros de Naval Gijón, vinculado a la llamada economía azul, es un inmejorable ejemplo de la labor que en ese sentido está haciendo este equipo de gobierno. Pero también tenemos muchas esperanzas depositadas en la ampliación del Parque Científico Tecnológico, que pondremos en marcha con la mayor celeridad tras conseguir desbloquear el problema urbanístico derivado de la titularidad de una de las parcelas. Todo ello sumado a acciones que nos demuestran que la iniciativa privada nos considera una ciudad interesante para invertir, como sucede con el Hospital Quirón. La colaboración entre Administración y empresa privada es un modelo que estamos convencidos nos aportará muchos éxitos y avances para Gijón. Para hacer realidad el Gijón de las oportunidades.