La importancia de la prensa y el periodismo en la formación de la juventud

Promover el consumo de periodismo profesional, real y veraz, recordando la importancia del mismo en las aulas y todos los centros educativos es fundamental

Por la izquierda, Malena Vallina Araguás, Alicia Traviesa González, Paula López de Pedro, Carolina Vega Álvarez, Juan Carlos Ayllón, Nora Álvarez Mier, Enya Ye e Irene García-Pumarino Arias, en el IES Jovellanos.

Por la izquierda, Malena Vallina Araguás, Alicia Traviesa González, Paula López de Pedro, Carolina Vega Álvarez, Juan Carlos Ayllón, Nora Álvarez Mier, Enya Ye e Irene García-Pumarino Arias, en el IES Jovellanos. / LNE

Alumnas de Primero de Bachillerato Internacional del IES Jovellanos

Nora Álvarez Mier, Irene García-Pumarino Arias, Paula López de Pedro, Alicia Traviesa González, Malena Vallina Araguás, Carolina Vega Álvarez y Enya Ye

La formación de los jóvenes no es una cuestión intrascendente, sino más bien todo lo contrario: es un asunto crucial que define el devenir de las futuras generaciones de un país.

LA NUEVA ESPAÑA de Gijón lleva treinta años publicando información veraz y profundamente contrastada, pero cuenta hoy, además, con un gran reto informacional: ofrecer noticias al público acorde a las nuevas formas de comunicación.

Sí que es verdad que estos retos no son nuevos. El periodismo va acorde a la historia general y, por ende, se ve afectado por todos los cambios políticos, sociales y económicos que sufre un país teniendo que actuar acorde a estos. El periodismo, como es sabido, cumple un papel fundamental en cualquier sociedad. No se trata solo de redactar las noticias, sino de informar responsablemente y brindar la oportunidad de formar al público en general.

En este momento y durante los pasados treinta años, en que los usuarios juveniles en redes sociales han crecido exponencialmente, el periodismo sufre uno de los desafíos más difíciles a los que se ha enfrentado en su historia: la aparición de las nuevas plataformas y canales de comunicación profesionales y, también, las que no lo son. Pues estas, tanto unas como otras, han adquirido gran importancia en la sociedad actual en cómo nos informamos y en cómo debatimos. Atrás queda, poco a poco, el modo de informar tradicional.

Las conocidas como "fake news" o bulos son muy frecuentes en este nuevo ámbito en el que cualquiera puede publicar, vía redes sociales, en cuestión de minutos algo que no es cierto, y que, al no existir suficientes cortapisas, puede ser difundido ampliamente. Por eso puede resultar un peligro real el informarse por cualquier medio o de cualquier forma. Más peligroso si cabe para una audiencia que está desarrollando su mentalidad crítica, los millones de jóvenes usuarios de las redes sociales. La juventud, en definitiva. Pues en estos canales, en muchos casos, no se contrasta información y se publican impunemente falsedades que pueden llevar a la formación de ideas erróneas y manipuladas sobre los más diversos temas. Esto influye en las relaciones interpersonales, en la relación con el mundo en general, con sus entornos más cercanos, e, incluso, en la construcción y definición de sus personalidades.

Por todo lo anterior, consideramos fundamental promover el consumo de periodismo profesional, real y veraz, recordando la importancia del mismo en las aulas de los todos los centros educativos.

Al igual que han cambiado la prensa y las formas de trasmitir el conocimiento, también lo ha hecho la educación y dejando atrás los patrones menos flexibles de leyes anteriores, los nuevos modelos educativos, traen consigo otros planteamientos sobre la enseñanza en las aulas, teniendo en cuenta el medio ambiente –por ejemplo–, la inclusión y la coeducación, el desarrollo del compromiso social, la adquisición de nuevas maneras de aprendizaje, así como el aprender a aprender. Buscando una visión más holística del mundo y superando las barreras físicas del espacio-aula.

Resultan evidentes los beneficios que tiene la prensa en el desarrollo de nuestra capacidad tanto de comprensión oral y lectora, así como de un criterio propio, dándonos la oportunidad, además, de ampliar nuestro vocabulario y de exponernos a diferentes estilos de escritura. Pero, más allá de esta valiosa herramienta para la mejora de nuestra comunicación, como jóvenes en un mundo en constante cambio, son fundamentales, para nosotras, los referentes éticos, sociales y morales, así como conocer la verdad de las cosas. La prensa profesional proporciona estos referentes a los ciudadanos, mediante noticias, entrevistas y artículos donde se dan a conocer las historias de personas que aportan un valor añadido a nuestra sociedad (empresarios, científicos, ingenieros, artistas...) y en donde se nos cuenta lo que pasa en el mundo.

Nosotras somos alumnas del Bachillerato Internacional en el Real Instituto Jovellanos y un elemento central de nuestra formación lo constituye el contacto con actividades de investigación con el propósito de que adquiramos un pensamiento crítico y personal. Es importante, por tanto, para nosotras, contar con información contrastada y verídica que medios como este nos puede ofrecer.

El programa del Bachillerato Internacional pretende formar estudiantes para adquirir un perfil integral, reflexivo y de actitud indagadora, por eso la prensa es crucial para nuestro desarrollo académico y personal, ya que nos permite conocer las cuestiones globales actuales. No solo por el valor que esto tiene en nuestra formación y en la de cualquier otro alumno o alumna, sino por el crecimiento que supone a nivel personal y social de compromiso con y para el mundo. Para promover un cambio en positivo.

Como decíamos, y como primera conclusión, la historia de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón refleja la evolución del periodismo español. Aunque el compromiso de treinta años con la información veraz es destacable, las nuevas formas de comunicación representan un reto significativo. Hoy, con el auge de las redes sociales y la desinformación inherente a las mismas, destaca la importancia de promover la alfabetización mediática y saber diferenciar la verdad respecto a la información que aportan los no profesionales. Pues esta no siempre es de contrastada procedencia y carece de responsabilidad. Una labor ingente y que sí requiere mucho tesón, estímulos y responsabilidad real

Por todo, y en conclusión final, agradecemos sinceramente el fantástico trabajo que La Nueva España de Gijón lleva realizando estos treinta años y les deseamos que cumplan muchísimos años más con esta labor de informar y formar a la sociedad asturiana.