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Iván Pérez del Río

Varadero de Fomento

Iván Pérez del Río

Falsa centralidad

Las relaciones entre el Partido Popular y Vox

El Partido Popular sigue navegando en el cambio de criterio, en el vaivén, en la falta de horizonte y perspectiva. Para la gran mayoría de dirigentes y exdirigente del Partido Popular, Vox, ayer, era extrema derecha. Hoy, es un partido con el que forma coalición de Gobierno.

Mientras en Europa a los amigos de Abascal se le ponen cordones sanitarios, uno por uno, en España el Partido Popular les permite entrar en Gobiernos autonómicos. El primero, Castilla y León, el próximo Andalucía y así en todas las comunidades autónomas en las que el PP obtenga unos resultados tan pírricos como en Castilla y León.

Sin duda, Vox seguirá creciendo a costa de los populares. Los de Abascal no son los de Rivera y compañía. El partido de “extrema derecha” (así lo denominaba Feijóo hace unos días) mantiene una tendencia al mantenimiento, al ligero crecimiento o al alza considerable. En Madrid, feudo de Ayuso, Vox no se hundió, de hecho creció en votos y en diputados a pesar de la contundente victoria del PP. Vox seguirá al acecho con un voto cada vez más consolidado y a la espera de un error de los populares para quedarse tan cerca –o por encima– de ellos como lo hizo Ciudadanos en 2018.

Citando al propio Mariano Rajoy, Vox es un partido “populista”, con planteamientos “moralmente inaceptables”, que maneja conceptos “tramposos”, con discursos que el expresidente gallego califica como “piezas de delirante antieropeísmo”. Ese partido al que tan acertadamente describe Rajoy, está por primera vez en puestos institucionales gracias a un PP rendido, superado y que ha transigido con todas las exigencias de Vox. Si la noche electoral Abascal decía que Gallardo tenía cara de vicepresidente, unas semanas más tarde tiene: 1 vicepresidencia, el 30% del Gobierno y la presidencia de las Cortes. Sería impensable que en Francia o en Alemania una coalición con el partido de Le Pen o con Alternativa por Alemania.

El Partido Popular teatraliza una falsa centralidad. Los populares saben que aún hay muchos afiliados y votantes con un pie en Vox y otro en el PP. Abrir el camino institucional a Vox es un intento de salvar los muebles que se terminará convirtiendo en un rápido naufragio, y en la huida de todo el voto de centro.

Tal como señala Vargas Llosa, “el populismo es el camino de la autodestrucción de la democracia”. Que Vox es populismo no lo dice sólo el PSOE o Podemos, lo han dicho líderes del PP tan respetables como Rajoy, Feijóo o Aznar.

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