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Iván Pérez del Río

Cambiar para que todo siga igual

El congreso del PP que ha elegido como presidente a Núñez Feijóo

De los múltiples modos de interpretar lo que ha ocurrido en el Partido Popular, hay uno que, bajo mi punto de vista, se acerca más a la realidad. La crisis que explotó hace unas semanas y que derivó en la salida de Pablo Casado como presidente lleva fraguándose desde hace cuatro años. Quizás muchos piensan que la crisis del PP explotó hace unas semanas, que Pablo y Teo se tuvieron que ir debido al torpe enfrentamiento con Ayuso.

El rifirrafe entre los chicos de Nuevas Generaciones, Pablo e Isa, “ninis” de la nueva política, ha sido la excusa perfecta para que el grupo de Rajoy, representado por Feijóo y Bonilla, dieran el tan esperado golpe a una dirección nacional inmadura, irracional e impulsiva. Un golpe que lleva midiéndose justo desde la misma elección de Casado como presidente en 2018.

Con la caída de Casado se viene abajo la única opción de los de Aznar y Aguirre. Su opción ha sido un fracaso y ellos saben que lo que ha vuelto el 2 de abril es el PP de Rajoy, ese que ellos trataron de defenestrar. Qué casualidad que Aznar tuviera covid-19 justo cuando tocaba Congreso y foto de unidad...

El Partido Popular, o lo que queda de él, sigue partido a la mitad. Son dos formas diferentes de entender el posicionamiento del PP. Los cercanos a Aznar y Aguirre, y los cercanos a Rajoy, que se supone que tienen una visión más centrada. Luego hay un tercer grupo que está en un sitio y en otro, que cambia de discurso con tal de mantener el puesto, los “prostitutos” que tienen a la mediocridad como su bandera favorita de hacer política.

El PP lleva en crisis desde el Congreso de Valencia de 2008, una crisis convertida en tragedia a partir de 2018 con la entrada de Vox en el Parlamento de Andalucía y su crecimiento constante. El “vibrante” discurso de Casado en 2018 fue la solución para unos cuantos y para otros que lo único que querían es que Soraya no fuera la presidenta. Cuatro años después, el PP rectifica para volver a lo de antes, precisamente a lo que provocó el surgimiento de Vox.

El PP se ha quedado sin ideas, sin afiliados, sin soluciones. Feijóo es un político solvente y con trayectoria, la “última bala” del PP, pero lo de siempre, lo de antes, lo ya conocido. Ni los de Aznar ni los de Rajoy han sabido responder a los avisos de su militancia y sus votantes. Su principal y gran defecto es no saber escuchar ni a sus bases ni a la ciudadanía.

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