Que Gijón ha hecho los deberes para la captación de fondos europeos es un hecho incontestable a tenor de los números. Por ahora, los planes elaborados por el Ayuntamiento han logrado 21 millones, y subiendo, una cantidad que supone el doble que la obtenida por Oviedo. Pero más allá de la cifra, lo relevante es el elevado porcentaje de proyectos que han arañado dinero de las ayudas Next Generation creadas para compensar los destrozos económicos de la pandemia. Detrás de este éxito está el trabajo del equipo municipal dedicado durante meses a este empeño, aunque ahora le queda lo más difícil: ejecutar ese torrente de euros de acuerdo a lo propuesto y lograr que la sociedad en su conjunto se beneficie. Además, el gobierno local debería poner en marcha algún tipo de mecanismo que facilitara a la ciudadanía consultar los pormenores y el estado de desarrollo de cada uno de los planes. La transparencia en este caso es, si cabe, más necesaria que en cualquier otro.

Buena parte de la alta valoración que han logrado los proyectos presentados por Gijón para hacerse con fondos europeos se debe a la premura que se dio el Ayuntamiento para su elaboración. El Consistorio fue de las primeras administraciones asturianas en ponerse a hacer los deberes, en contraste con otros municipios y con el propio Principado, que incluso llegó a desesperar a muchas empresas por su lentitud para publicar las pautas a seguir. Esa agilidad permitió al gobierno local desarrollar ideas elaboradas y heterogéneas, y ajustarse lo máximo posible a los requisitos exigidos por Bruselas. Fruto de esa labor, han ido llegando el dinero para planes dispares, como la zona de bajas emisiones de La Calzada, la digitalización del comercio minorista, el plan de sostenibilidad turística, la Agenda Urbana, la modernización de la red de fibra óptica y la renaturalización de barrios como Moreda o Viesques. Además, algunas propuestas impulsadas por el Gobierno regional en la ciudad ligadas a la movilidad también han tenido éxito.

Este maná de Bruselas debería empezar a obtener resultados lo antes posible. El gran reto ahora del Ayuntamiento es precisamente ese: pasar de las palabras a los hechos.