A la estación intermodal y derivados les queda un camino por recorrer mucho más largo del que se podía imaginar hasta el más optimista del lugar cuando se conoció el cambio de ubicación a Moreda. Los dos años y medio previstos en la licitación de la redacción de los proyectos son un plazo tan excesivo que hasta Izquierda Unida ha aprovechado para marcar distancias con el PSOE a cuenta del plan de vías por primera vez en lo que va de mandato. Aunque no tiene especial relevancia porque son tantos los sinsabores acumulados por la integración ferroviaria que los gijoneses se han hecho inmunes a las fechas. Mientras no haya una financiación clara para acometer toda la operación, se seguirá hablando en futuro, que siempre ha sido el mejor refugio para tapar el pasado y esquivar el presente.
