El pacto alcanzado por las formaciones que sustentan al Gobierno de Pedro Sánchez (PSOE y Unidas Podemos) con ERC, el PNV, EH–Bildu, PdeCAT, Más País–Equo Compromís, Coalición Canaria y Partido Regionalista de Cantabria para aprobar los Presupuestos Generales del Estado ha dejado fuera del documento una mejora de la partida para el vial de Jove al quedar rechazadas las enmiendas presentadas por el PP, Ciudadanos y Foro. Este es el relato aséptico de lo ocurrido hace dos días en el Congreso de los Diputados en lo tocante a una infraestructura que acumula ya década y media de promesas rotas por parte de tres ejecutivos de colores distintos: los liderados por José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, y el actual de coalición. No hace falta ser muy suspicaz para caer en la cuenta de que esta arteria, fundamental para incrementar la competitividad de El Musel a través de unos accesos dignos y para impulsar la calidad de vida de miles de vecinos de barrios de la zona oeste, correría otra suerte si estuviera prevista en la provincia de Tarragona, en la de Guipúzcoa o en la de Alicante. Conviene por lo tanto tener claro qué ha hecho a nivel nacional cada formación en este tiempo antes de entrar en un análisis pausado.

Sabido esto, la primera conclusión a la que se puede llegar es que el vial de Jove es una víctima más del nulo peso de Asturias en la política española desde hace ya tiempo y que se viene reflejando en la escasez de ministros nacidos en la región, gabinete tras gabinete. Esta triste realidad, producto de una insoportable falta de dinamismo económico, de una imparable caída poblacional y de una clase dirigente carente de iniciativa y apenas preocupada de satisfacer los designios de Madrid para seguir en el machito, provoca que los asuntos de enjundia que llegan a los despachos ministeriales procedentes del Principado se guarden en el último cajón y, en el mejor de los casos, salgan de él con enorme retraso. Semejante desprecio sistemático, que sufre especialmente Gijón, lejos de ir a menos, se ha incrementado recientemente. Valga el remodelado plan de vías como mejor ejemplo: ni un solo compromiso de financiación.

Resulta por lo tanto entrañable o indignante, depende de la postura que adopte cada uno, escuchar a los líderes locales de muchos partidos apelando a una unidad de acción en el Ayuntamiento para desatascar el vial de Jove con algún movimiento administrativo, una vez ha fracasado el intento de dotarlo de una mayor aportación presupuestaria (dos ridículos millones es lo previsto). Porque el problema lo tienen dentro de sus propias formaciones, auténticos tapones de cualquier iniciativa relevante salida de la ciudad al tener que satisfacer sus pactos con siglas independentistas, nacionalistas y regionalistas de todo tipo y condición. Ante la falta de credibilidad de los legítimos representantes de los ciudadanos, deberá ser el movimiento vecinal, apoyado por otros colectivos empresariales y sindicales, quien impulse la movilización. Con un tono de rotunda exigencia.