Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Taza y media

Eloy Méndez

Revisión o ruido

El plan contra la contaminación acústica aprobado en el tiempo de descuento del mandato municipal nace medio muerto porque no cuenta ni con el respaldo de la patronal hostelera ni de los ecologistas, los dos extremos de una cuerda que el gobierno local no ha querido agarrar quizás por las prisas de última hora. Los afectados detrás de la barra aseguran que ha faltado diálogo antes de sacar adelante un endurecimiento en el control de las licencias y los horarios en los locales de ocio; y los defensores de una reducción drástica de los decibelios, sobremanera en algunas calles del centro, echan en falta la misma sensibilidad por parte de la Municipalidad. El documento podrá servir de base para el medio plazo, pero está inevitablemente condenado a la revisión casi antes de su aplicación. O habrá ruido político y social.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.