Desde que LA NUEVA ESPAÑA desveló el proyecto para convertir la vieja sede de la Autoridad Portuaria en un hotel de cinco estrellas a cargo del promotor Fermín Mora y tras varias subastas fallidas, han pasado un año y nueve meses de avances y frenazos, sobre todo, porque fue necesario descatalogar el edificio. La operación, no exenta de debate porque se llevará a cabo en una zona emblemática de la ciudad, queda ahora con el nuevo gobierno local desbloqueada y bien podría servir para retomar dos cuestiones relevantes. La primera tiene que ver con la conveniencia de aprovechar el cambio del planeamiento urbanístico de Cimadevilla al que obliga el alojamiento para acometer una transformación más profunda del urbanismo en el Barrio Alto que lo revitalice. Además, la ocasión parece propicia para rescatar el debate sobre la reforma de los Jardines de la Reina de acuerdo a su condición de espacio histórico y no como se intentó en su momento, sin el suficiente respeto.