Controversias tras la apertura de la variante de Pajares

Jaime Torner Gracia

Jaime Torner Gracia

Con la reciente apertura de la variante de Pajares que permite la llegada a Asturias del del ferrocarril de alta velocidad, han surgido controversias dignas de consideración que pueden pasar desapercibidas ante el actual entusiasmo ciudadano existente. Me explico:

En primer lugar, esta variante ha entrado en funcionamiento tras más de 19 años desde el inicio de las obras, con múltiples contratiempos causantes de 18 aplazamientos sobre la fecha inaugural inicial (2010); constando de doce túneles que transcurren entre Pola de Lena y La Robla, incluyendo el séptimo más largo de Europa (25 km.) y cuyo coste definitivo ha sido de 4.000.000.000 euros.

En segundo lugar, la variante acorta más de una hora el tiempo de recorrido entre León y Oviedo; igual que, a pleno rendimiento, permitirá conectar Madrid y Gijón en menos de cuatro horas.

En tercer lugar, se contempla mantener la actual rampa de Pajares para el simultáneo transporte de mercancías y potenciar la actividad del puerto de Gijón.

Finalmente, los precios iniciales del trayecto Asturias-Madrid han sido asequibles (18 euros), creándose una gran demanda ciudadana y vendiéndose 60.000 billetes en poco tiempo, mayormente para las fiestas navideñas.

Dicho lo cual, lamentablemente, esta noticia también coincide con otras mucho menos

favorables para el usuario porque, a diferencia del trayecto Madrid-Barcelona, Renfe carece de competidores en la línea férrea Asturias-Madrid y, en consecuencia, impone su monopolio al fluctuar constantemente sus tarifas para encarecerlas con impunidad: De hecho, esta fue mi reciente experiencia personal cuando, con un día de diferencia, la tarifa del trayecto Gijón-Barcelona fue incrementada 40€ y la explicación obtenida del funcionario de ventanilla por este abusivo aumento fue un cortés pero escueto: "Es lo que hay".

Además, el tren directo Gijón-Barcelona fue cancelado durante la pandemia del covid y permanece así sin justificación alguna: Ahora, para ir desde Gijón a Zaragoza, Lleida, Tarragona y Barcelona procede efectuar transbordo en León o ir a Madrid para enlazar con otro AVE; perdiéndose de este modo el tiempo ahorrado en la variante de Pajares.

A su vez, para viajar a ciudades intermedias (Palencia, Burgos, Vitoria) procede hacer transbordo en León; implicando una supuesta sobrecarga de la línea Galicia-Barcelona.

Finalmente, Renfe impone billetes de "servicio combinado" con horario de transbordo fijo y su incumplimiento por el pasajero se traduce en dos billetes distintos con mayor coste respecto al del tren directo previo.

En definitiva, Asturias está de enhorabuena porque esta variante mitigará su ancestral aislamiento geográfico y presupone un incuestionable impulso de progreso. Por otra parte, Renfe debería optimizar sus recursos para mejorar el servicio público prestado, pero nunca para deteriorarlo y, presuntamente, poder incrementar sus beneficios.

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